
Los pagos con tarjeta de crédito registran el nivel más bajo de los últimos tres años y la morosidad en créditos personales alcanzó su punto más alto en dos décadas. Así lo indican los últimos datos del Banco Central y de distintas entidades financieras, que advierten por un aumento sostenido en los niveles de endeudamiento impago.
El director del Banco Nación, Miguel White, reconoció que “el aumento de la morosidad en otros tipos de préstamos comenzó a convertirse en un tema relevante”, durante un encuentro del Instituto Internacional de Finanzas (IIF). Gustavo Manríquez, CEO del Banco Supervielle, confirmó esa preocupación: “Aparecen cheques rechazados que hace mucho no veía”.
Los bancos señalan que esta situación refleja el deterioro del poder adquisitivo de una parte de la población, con dificultades para cumplir con sus compromisos financieros. Muchos clientes toman créditos personales para cubrir consumos con tarjeta, lo que agrava el nivel de endeudamiento.
Según la Fundación Mediterránea, la tasa de interés efectiva mensual para préstamos personales subió de 1,9% en febrero a 4,1% en junio. A nivel anual, la tasa nominal para estos préstamos ronda el 75%, mientras que la de adelantos a empresas se ubica cerca del 37%.
Desde Invecq advirtieron que, si se cumplen las proyecciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que estima una inflación cercana al 20% para los próximos doce meses, los argentinos estarían tomando deudas a tasas fijas muy superiores a la inflación esperada. Esto encarece aún más el acceso al crédito y reduce la capacidad de pago.
En paralelo, el crédito bancario muestra una expansión interanual superior al 90%, según datos del IAERAL. Sin embargo, el crecimiento se da en un contexto de presión financiera. La última licitación de la Secretaría de Finanzas quedó un 40% desierta, pese a convalidar una nueva suba de tasas.
El impacto también se refleja en el sistema financiero. Las principales acciones bancarias en la Argentina registraron una caída del 30% en lo que va del año, arrastradas por un esquema de altas tasas, escasez de circulante y peso sobrevaluado.