Concluyó la Asamblea Diocesana de Pastoral 2025, un encuentro para renovar la misión evangelizadora de la iglesia añatuyense
Añatuya

Entre los días 27 y 29 de junio, cerca de 350 asambleístas sacerdotes, consagrados y laicos de todas las parroquias de la diócesis participaron de la Asamblea Diocesana de Pastoral, un espacio de encuentro, reflexión e intercambio que fortalece la misión evangelizadora de la Iglesia local. Como gran familia y Pueblo de Dios, los presentes renovaron su compromiso de anunciar a Jesucristo y servir a sus hermanos con entusiasmo y fidelidad.

La Asamblea comenzó el jueves 27 con una caminata en tres columnas hacia la Catedral, donde se celebró la Misa de apertura la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Esta celebración colocó el amor de Cristo en el centro de la vida eclesial, recordando que “nuestros corazones tienen dueño” y pertenecen a Él, que consuela, forma y une.

Luego, los asambleistas marcharon hacia el nuevo monumento al Sagrado Corazón, donde realizaron una emotiva consagración diocesana. La jornada concluyó con una cena fraterna compartida entre todos los participantes.

Una jornada de discernimiento y esperanza

El sábado 28 fue una jornada intensa y profundamente espiritual. Comenzó con una oración meditación y continuó con espacios de escuche en círculos, donde se practicó la conversación. en el Espíritu. Este ejercicio permitió percibir la acción del Espíritu Santo que armoniza diferencias, genera comunión y anima a nuevos desafíos.

El tema central fue la esperanza, en sintonía con el Año Jubillar, que invita a ser “peregrinos de la esperanza”. En la adoración eucarística, los participantes pusieron en manos del Señor sus sueños y búsquedas como Iglesia. Por la tarde, se reflexionó sobre el nuevo estilo de Iglesia sinodal que propone el Papa Francisco, profundizando en las enseñanzas del reciente Sínodo de la Sinodalidad. Se compartieron testimonios de participantes del Sínodo en Roma, tanto presenciales como a través de videoconferencia.

La jornada cerró con la Misa del Inmaculado Corazón de María y un gesto simbólico: la tradicional “pisada” mariana, protagonizada por madres de las comunidades, con imágenes de advocaciones marianas presentes en la diócesis. Luego, se vivió una noche festiva con música, representaciones, oración y celebración comunitaria.

Envío con compromisos concretos

El domingo 29 comenzó con una oración comunitaria y continuó con trabajos por parroquias para elaborar compromisos y objetivos pastorales concretos, orientados a vivir una iglesia sinodal, misionera y misericordiosa. Se destacó la diversidad de roles y vocaciones, unidos por una misma identidad de discípulos misioneros.

La celebración final, al mediodía, estuvo centrada en la figura de San Pedro y San Pablo, pilares de la Iglesia, y en la llamada de Jesucristo a ser su Cuerpo en medio del pueblo, iluminando y transformando la historia con la fuerza del Espíritu Santo.

“La diócesis agradece de corazón al COPADI (Comisión de Pastoral Diocesana) por su labor en la preparación y animación de toda la Asamblea. También se valora el apoyo de la Municipalidad de Añatuya, comercios locales y todas las personas que ofrecieron sus dones, recursos y hospitalidad para hacer posible esta experiencia”, expresó Mons. José Luis Corral, obispo de la diócesis.

“Todo lo vivido en estos días busca dar gloria a Dios y seguir construyendo su Reino Que el susurro del Espíritu, escuchado comunidad diocesana”, concluyó.