Una red de amor para los callejeritos: voluntarios construyen cuchas y reparten abrigo en Santiago del Estero

En medio del crudo invierno santiagueño, un gesto de empatía y solidaridad conmovió a la comunidad: un grupo de voluntarios, impulsado por la joven Sofía Bogado, se organizó para construir cuchas y repartir chalequitos a perros en situación de calle. Las imágenes del proceso —desde la recolección de materiales hasta la entrega a los animales— fueron compartidas en redes sociales y rápidamente se viralizaron, despertando una ola de emoción y gratitud.

En diálogo con Info del Estero, Sofía contó cómo surgió esta iniciativa: “La semana pasada creamos un grupo de WhatsApp porque queríamos hacer todo lo más rápido posible. Hicimos un flyer pidiendo cosas para reciclar, y fue muchísima la gente que se sumó, más de 150 personas. Nos donaron ropa, clavos, tarimas, telas… Una voluntaria incluso se ofreció a coser los chalecos”.

Ese martes, los voluntarios se reunieron para construir las casitas y salir a abrigar a los perritos callejeros. Ayer jueves hicieron cinco cuchas más y continuaron repartiendo abrigo. En total, ya llevan entregadas 9 casitas y 110 chalequitos, además de repartir alimento en varios puntos de la ciudad.

“Logramos un montón en solo días. Y somos personas comunes, siendo solidarios. Nos donaron más de 400 mil pesos que estamos destinando a la compra de alimentos y más tela para seguir haciendo chalequitos”, explicó Sofía, visiblemente emocionada por el impacto del proyecto.

Las casitas fueron colocadas en lugares estratégicos donde se sabe que hay mayor presencia de perros sin hogar: en La Plata y Santa Cruz, en la sala de monitoreo cerca del estadio, y frente a la Universidad Católica. “Le pido encarecidamente a los vecinos de la zona que cuiden de las casitas, por favor”, escribió Sofía en una publicación, acompañada por emojis de plegaria y corazones.

La joven también compartió que este domingo volverán a reunirse para seguir construyendo refugios y distribuyendo abrigo. “Obviamente muchos perritos, por desconfianza, no se dejaron poner la ropita, pero al menos pasamos dejando alimento por todos los lugares que pudimos. Muchas gracias a todos los que estuvieron presentes, los que colaboraron y ayudaron”, expresó.

En tiempos de frialdad social, este grupo de vecinos recordó que un pequeño gesto puede significar mucho para quienes más lo necesitan. Y que la ternura, aún en invierno, también se puede contagiar.