
La flexibilización del cepo dispuesta por el Gobierno y la apertura en materia financiera y de inversiones parecieran haber dado un resultado opuesto a lo esperado. Según datos del Banco Central (BCRA), en los primeros cinco meses de 2025, la Inversión Extranjera Directa (IED) en Argentina registró un saldo neto negativo de u$s1.679 millones, es decir, un egreso neto de dólares, lo que implica el peor resultado para, al menos, los últimos 10 años.
Este saldo se deriva de ingresos totales en lo que va del año por u$s551 millones y de egresos por u$s2.190 millones, lo que confirma la continuidad de la tendencia negativa observada en 2024.
Para los especialistas consultados, no parece haber un único factor que explique el resultado: citan, por ejemplo, el deterioro progresivo de la confianza inversora, marcado por la incertidumbre económica; la inestabilidad política -más intensa por estas horas a partir de una mayor debilidad del Gobierno en el Congreso-; y reformas estructurales que, en opinión de los expertos, no lograron materializarse a tiempo para sostener el ingreso de capitales al país.
A la vez, se menciona que un frente financiero complejo derivó en un rescate del FMI por u$s20.000 millones -además de otras características del actual modelo económico como la caída del consumo y el freno de la obra pública- y parecieran haber incentivado la repatriación de capitales en lugar de nuevas apuestas productivas.
En rigor, si se miran los datos de los últimos meses, desde fines de 2024 se registran salidas netas. Sectores tradicionalmente atractivos, como la minería (especialmente litio y Vaca Muerta) y la industria manufacturera, han mostrado cierta resiliencia, pero no han logrado contrarrestar las salidas de capitales.
“La liberación del cepo cambiario, implementada por el BCRA a partir del 14 de abril mediante las Comunicaciones “A” 8226 y 8227, parece haber incentivado la repatriación de capitales en lugar de nuevas inversiones productivas, sumado a un contexto global de altas tasas de interés y menor demanda de commodities, lo que ha colocado a Argentina en desventaja frente a países con mayor estabilidad macroeconómica”, señalaron en una consultora macroeconómica.
“En general, la inversión extranjera directa es una fuente fundamental de divisas que le aportan la dosis de estabilidad y largoplacismo que necesitan los países. Sin embargo, con las restricciones cambiarias que todavía pesan en el sector corporativo y la caída de confianza en el frente financiero local, esta dinámica produndiza las dificultades del Gobierno para aumentar reservas internacionales”, agregó./Cronista