Una violenta escena se registró en las últimas horas en el Paso Internacional Puerto Chalanas, que conecta Bolivia con Argentina. Un grupo de pasadores de mercadería, conocidos como “bagayeros”, se resistió a un operativo policial en el lado boliviano y terminó enfrentándose con efectivos locales. El conflicto incluyó piedrazos, varios heridos y hasta un vehículo militar dañado.
Según informaron, los bagayeros pretendían trasladar mercadería ilegal —principalmente ropa usada— hacia la localidad salteña de Aguas Blancas. La intervención de la policía para evitar el contrabando desató la furia de los comerciantes, que reaccionaron con violencia. El operativo había sido dispuesto para reforzar los controles en la frontera y frenar el tráfico informal.
Adrián Zigarán, interventor de Aguas Blancas, lamentó lo ocurrido y remarcó que la situación no es nueva: “Esto es un desastre, pero este descontrol lleva años. Ahora que estamos tratando de ordenar, hay resistencia. Esta debe ser una frontera argentina como cualquier otra”, aseguró. En ese sentido, destacó el avance del Plan Güemes, un programa que busca combatir tanto el contrabando como el narcotráfico en la zona.
Otra vez las Fuerzas no pudiendo controlar la frontera entre Argentina y Bolivia. Reprimen a bagayeros que tratan de sobrevivir con el comercio de ropa, hojas de coca y otros productos ante la crisis laboral y los precios inaccesibles en nuestro país. Esto fue en Puerto Chalanas: pic.twitter.com/9L2q6mpQOj
— Revista Cítrica (@revistacitrica) July 22, 2025
Zigarán también cuestionó la falta de respaldo judicial en este tipo de operativos. “Necesitamos una justicia federal más activa. La lucha es diaria y los narcos generan maniobras minuto a minuto para mover su mercadería”, advirtió. El funcionario denunció que, por la corrupción vinculada al contrabando, Gendarmería perdió más efectivos que por causas vinculadas al narcotráfico.
Por último, confirmó que ya se construyó un cerco divisorio entre Aguas Blancas y Bermejo “hace más de dos meses”, aunque aún se esperan definiciones con autoridades nacionales para completar el cierre fronterizo. Mientras tanto, unas 10.000 personas cruzan a diario por este paso, en medio de una tensión que parece lejos de resolverse.
