
Cada 26 de julio, la Iglesia Católica celebra la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. En su honor, esta fecha se transformó en el Día de los Abuelos, una jornada especial para rendir homenaje a quienes son pilares de amor, sabiduría y contención en las familias.
La historia religiosa cuenta que Joaquín y Ana eran una pareja piadosa que, tras años de oración y fe, fueron bendecidos con el nacimiento de María. Aunque no aparecen en los Evangelios canónicos, su figura cobra relevancia en los textos apócrifos, y con el tiempo, la Iglesia reconoció su papel fundamental como abuelos del Salvador.
Inspirados en su ejemplo, cada 26 de julio se invita a las familias a celebrar a los abuelos y reconocer su inmenso valor, tanto desde lo afectivo como desde lo espiritual. Son quienes transmiten tradiciones, enseñanzas y, muchas veces, sostienen a varias generaciones con su presencia amorosa.
En Argentina y muchos países de tradición cristiana, este día se ha instalado también como una oportunidad para agradecer, compartir y acompañar a los abuelos, ya sea con un abrazo, una visita, una oración o una simple llamada. Porque como dice el Papa Francisco: “Los abuelos son la sabiduría de los pueblos”.