
Después de que su directorio aprobara la primera revisión técnica del acuerdo de Facilidades Extendidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), este lunes efectuó el desembolso previsto. Los U$S2.000 millones ingresaron a las reservas del Banco Central (BCRA), que superaron el umbral de U$S43.00 millones, algo que no ocurría desde inicios de 2023.
La llegada de este giro del organismo multilateral permitirá robustecer las arcas de la autoridad monetaria y calmar la tensión cambiaria que se vio durante los últimos días. En julio, el tipo de cambio oficial registró un alza del 13%, que se debió, sobre todo, a una baja de la oferta de dólares por la menor liquidación del agro en el final de la cosecha.
Este lunes, el dólar oficial bajó $5 y cotizó a $1.320 para la compra y $1.370 para la venta. El blue cerró a $1.305 para la compra y a $1.325 para la venta en el mercado informal.
Desde que Javier Milei asumió la Presidencia, las reservas aumentaron U$S21.815 millones, o 102,8%, a partir de los U$S21.208 millones del 7 de diciembre de 2023.
Más allá de que las reservas se ubicaron en U$S43.023 millones y tocaron su máximo desde el 13 de enero de 2023, cuando se habían ubicado en 43.115 millones de dólares, los activos internacionales volverán a caer en los próximos días. Ocurre que el Tesoro tendrá que abonar alrededor de U$S820 millones en concepto de intereses y comisiones al FMI.
Hasta ahora, el organismo de crédito envió al país U$S14.000 millones del programa acordado en abril pasado; es decir, el 70% de los fondos. En lo que resta de este año, sólo falta un desembolso de U$S1.000 millones. Y el resto se enviará en transferencias que promedian los US$500 millones cada una entre 2026 y 2029.
La semana pasado, el FMI aprobó la primera revisión técnica del acuerdo y oficializó una modificación importante: la meta de acumulación de reservas internacionales netas (RIN) para 2025 se redujo en U$S5.000 millones. Ahora, la exigencia se redujo de U$S2.400 millones positivos a un nuevo objetivo de USD 2.600 millones negativos, tras haberse registrado un incumplimiento severo en la meta de mitad de 2025.
“El nuevo acuerdo es más favorable y debería facilitar el acceso al crédito internacional”, consideró el ministro de Economía, Luis Caputo.
Pese a la flexibilización, el organismo ratificó que “la acumulación de reservas se acelerará aún más a partir de 2026” y que el objetivo final original del programa se mantiene sin cambios para diciembre de 2027. Además, señaló que parte de la acumulación futura estará sostenida por “privatización y venta de activos y concesiones”, así como por el apoyo de otros acreedores oficiales.
A su vez, aprobó una reformulación del cronograma de revisiones y, a pedido del gobierno, aceptó convertir algunas metas indicativas en criterios de desempeño. La próxima revisión ya no se realizará en septiembre próximo, sino que se llevará a cabo en febrero de 2026, lo que dará alivio al Ejecutivo en medio de la campaña electoral rumbo a las legislativas nacionales del 26 de octubre.