García Cuerva, en la misa por San Cayetano: “No podemos desentendernos de los que sufren”

En su homilía en la misa en honor a San Cayetano, el Arzobispo de Buenos Aires, criticó duramente al Gobierno Nacional, especialmente por los vetos a las leyes de aumento a los jubilados y la emergencia en discapacidad. Dijo que “no podemos desentendernos de los que sufren” y pidió terminar con el odio y la descalificación.

“Somos custodios y guardianes de los más pobres, de los más débiles, de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna. Somos custodios de los discapacitados y de todos los enfermos. No podemos desentendernos de los que revuelven los tachos de basura (…) Y no lo hacen porque les gusta…”, expresó el prelado.

Esto último a colación de la medida que tomó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que le impondrá una multa de 900 mil pesos a quienes revuelvan la basura en containers. “Hasta $900 mil de multa si te gusta hurgar la basura en la Ciudad. Sí, leíste bien”, había escrito en su cuenta de X la vocera del gobierno porteño, Laura Alonso. Un mensaje por el que luego salió a pedir disculpas.

En Liniers, el Arzobispo pidió la intercesión de San Cayetano para que ayude a hacer de la Argentina “una casa de reconciliación, en la que dejemos de descalificarnos, de odiarnos, de tratarnos mal, y de usar palabras que lastiman mucho”.

Cuerva hizo hincapié en la urgencia de superar la “guerra de las palabras y de las imágenes”, en consonancia con la exhortación del Papa León XIV sobre la importancia de la comunicación respetuosa.

Además, el mensaje central giró en torno a la parábola del hijo pródigo, utilizada para ilustrar la necesidad de reencuentro y perdón en la sociedad argentina. Se destacó que “el padre no pide explicaciones al hijo que vuelve, el padre abraza, perdona, se alegra con su regreso, se emociona al verlo volver y no quedarse embarrado entre los cerdos”.

La homilía también abordó el valor del trabajo como pilar de la dignidad humana. Se recordó que “el trabajo es un gran ordenador social, el trabajo dignifica a las personas”, y se pidió a San Cayetano por “todos los trabajadores de nuestra Patria, por todos, porque como Iglesia, valoramos todas las formas de trabajo: el empleo formal, los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas”.