Ni boliches, ni bares: un deporte se convirtió en el nuevo “Tinder”

La interacción virtual parece estar en retirada, mientras crece el interés por aquellas actividades que generan contacto humano directo. Hay muchas alternativas para esto y uno podría pensar en las salidas a boliches o los bares de moda. Sin embargo, un deporte se convirtió en la “estrella” del momento, cuando lo que se busca es conocer gente… así que podría destronar a Tinder.

Se trata del pádel, una práctica que creció a grane escala en los últimos años en diferentes ciudades de Argentina. Y es que las canchas funcionan como ámbitos de sociabilidad en el que coinciden jugadores de diferente trayectoria. Hay solteros, parejas estables y divorciados.

Se cree que el mecanismo en que se juga, que combina acción constante, exige mucha atención, cooperación y competencia amistosa, crea las condiciones propicias para la interacción. Algo que en otros contextos sería más complejo.

Pero además del intercambio constante con compañeros y rivales, los partidos siempre propician reuniones luego de los partidos, lo que favorece un clima ameno para el desarrollo de vínculos genuinos.

Los especialistas en psicología observan que las dinámicas propias del pádel -como la coordinación en pareja, el compromiso compartido y el estímulo físico- “contribuyen a mejorar el estado de ánimo y facilitan la apertura emocional”, describe MDZ.

Este entorno, más relajado que las citas organizadas a través de aplicaciones, permite que las relaciones surjan de manera natural y sin la presión de expectativas previas.

Si bien la amistad es el resultado más frecuente, en muchos casos el contacto regular y la afinidad generada en la cancha derivan en vínculos sentimentales. El hecho de que el deporte convoque a públicos diversos amplía la posibilidad de encontrar afinidades tanto en lo personal como en lo afectivo.