
Conocida como la “Madrecita de Bolivia”, la devoción por la Virgen de Urkupiña se extendió por todo el norte del país, y Santiago del Estero es una de las provincias donde más se la venera. Este viernes, a las 20, en la parroquia San José de Belgrano habrá una celebración eucarística presidida por el padre Julián Cueva.
Si fiesta se celebra cada 15 de agosto en honor a la Asunción de la Virgen María. Urkupiña es una denominación quechua que significa “ya está en el cerro”. Una expresión que hace referencia a la aparición de la Virgen en el cerro del pueblo de Quillcollo, en Cochabamba, Bolivia ante una niña pastora de ovejas.
Cuando la pequeña quiso llamar a la Virgen dijo la palabra “Urkupiña” y desde entonces, todos la conocen bajo esa advocación. Los primeros cultos de la veneración a la imagen mariana datan del siglo XVII, en la época virreinal, y conforme fueron pasando los años la devoción fue creciendo y en la actualidad es multitudinaria.

Su celebración, o cumpleaños, es el 15 de agosto, comenzando con el rezo de la novena (nueve días antes que la fecha celebratoria), y continuando durante varios días más, o inclusive meses después, en los que aún se celebra a la virgencita milagrosa.
La Virgen de la prosperidad
Una de las características de la Virgen de Urkupiña es que el manto (su “ropa”) cambia de color cada año. También lleva joyas de oro, corona y los fieles le colocan billetes. Esto es un signo de prosperidad.
La tradición de colocarle billetes tiene que ver con el pedido de trabajo, buena cosecha, techo. Muchos además llevan sus vehículos para la “chaya de los autos” y así recibir la bendición, e incluso pedir para cambiarlo y regresar al año siguiente con el favor recibido.
También le colocan oro como símbolo de la prosperidad. Su razón está en el relato oral que afirma que en uno de los encuentros con la pastorcita la Virgen le dio unas piedras que al mostrarlas a su mamá se habían convertido en oro.