Cambio de huso horario en Argentina: qué significa y cuándo podría empezar a regir

El debate sobre la hora oficial de Argentina volvió a ocupar el centro de la escena. La Cámara de Diputados ya dio media sanción a un proyecto que busca modificar el huso horario para aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo de energía. Mientras el Senado define si se convierte en ley, repasamos los puntos clave que conviene tener en cuenta.

¿Cuál es el huso horario que corresponde a la Argentina?

Según especialistas, a nuestro país le corresponde el huso horario -4 (GMT-4), es decir, cuatro horas al Oeste de Greenwich. Actualmente utilizamos el huso -3 (GMT-3), lo que genera una desincronización con la luz solar natural.

¿Qué propone el proyecto aprobado en Diputados?

La iniciativa establece un doble esquema:

  • En invierno, atrasar el reloj una hora para ubicarse en GMT-4.
  • En verano, mantener el actual GMT-3 para aprovechar la luz en las tardes.

El cambio se haría todos los años en fechas fijas: primer domingo de abril y primer domingo de septiembre.

El objetivo principal: ahorrar energía

La medida busca que el horario oficial se acerque más al ciclo de luz solar. Así, se reduciría el consumo de energía eléctrica, sobre todo en iluminación artificial. Además, se pretende mejorar la coordinación con los países del Mercosur en actividades comerciales y de transporte.

¿Qué dicen los expertos?

El cronobiólogo Diego Golombek (CONICET) advierte que estar en un huso horario incorrecto impacta en la salud: menos luz solar por la mañana altera el reloj biológico. Cenar y dormir más temprano son hábitos que mejoran el descanso. Sin embargo, también alerta que los cambios bruscos de hora pueden generar problemas: en países donde se alterna el horario, aumentan los accidentes de tránsito en la semana posterior a la modificación.

¿Qué falta para que se aplique?

La propuesta ya fue aprobada en Diputados, pero aún necesita el aval del Senado para convertirse en ley. En caso de sancionarse, los argentinos volveríamos a cambiar la hora de manera periódica, algo que no sucede desde hace más de una década.