Buques anfibios de Estados Unidos encienden las alarmas en Venezuela

Este jueves, Estados Unidos agregó un escuadrón anfibio al despliegue de tres destructores de la marina que se acercan a Venezuela, como parte de una importante operación contra el narcotráfico.

Según trascendió en medios internacionales, de fuentes calificadas pero desde el anonimato, tres buques de guerra —el USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale— podrían estar posicionados frente a la costa de Venezuela tan pronto como el domingo.

En conjunto, los barcos transportan a 4,500 efectivos, incluyendo 2,200 miembros de una unidad expedicionaria de los Marines.

El Pentágono no ha divulgado públicamente la misión, pero fuentes dijeron a la agencia de noticias que el movimiento está alineado con los objetivos más amplios del gobierno de Trump de abordar amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos provenientes de organizaciones designadas como “narcoterroristas” en la región.

Hablando sobre el posible uso de personal militar estadounidense dentro de Venezuela, la Casa Blanca señaló que el despliegue subraya la promesa de Trump de utilizar todos los instrumentos del poder estadounidense —desde sanciones hasta fuerza militar— para impedir que narcóticos lleguen al territorio de Estados Unidos.

La lucha contra los carteles de droga es uno de los pilares de la política interna y exterior de Trump. A principios de este año, su administración designó formalmente al Cártel de Sinaloa de México, a la pandilla venezolana Tren de Aragua y a varios otros grupos como organizaciones terroristas . Esta medida otorgó a las agencias estadounidenses mayor autoridad para atacar las finanzas, logística y liderazgo de los carteles.

El mes pasado, la administración Trump también designó al Cártel de los Soles —que, según fiscales estadounidenses, es dirigido por Nicolás Maduro y otros altos miembros de su régimen— como una entidad “Terrorista Global Especialmente Designada”. Esa designación abre la posibilidad de que el cartel pueda convertirse en un objetivo directo de acción militar estadounidense si Trump así lo decide.

La administración también aumentó la recompensa por la captura de Maduro a una cifra sin precedentes de $50 millones.

Maduro y varios de sus principales aliados han sido acusados por fiscales estadounidenses de presuntamente convertir a Venezuela en un narcoestado a través del Cártel de los Soles. Maduro ha desestimado los cargos, calificándolos como un “refrito podrido” destinada a justificar una intervención extranjera.