“El influencer de Dios” ya es santo: Carlos Acutis fue canonizado

El papa León XIV canonizó este domingo en una ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante decenas de miles de fieles a Carlo Acutis, el joven que murió en 2006 a los 15 años y que se convierte así en el primer santo milenial y ya conocido como el “patrón de Internet”, “el influencer de Dios” o “el ciberapóstol”, por haber utilizado la web para hablar de religión a jóvenes de su edad.

En la ceremonia, el pontífice también canonizó a otro italiano fallecido muy joven, el estudiante Pier Giorgio Frassati (1901-1925), apasionado del alpinismo, conocido por su compromiso social y espiritual.

“Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra. Nos animan con sus palabras: ‘No yo, sino Dios’, decía Carlo y Pier Giorgio: ‘Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final’, dijo el pontífice estadounidense en la homilía de su primera canonización.

“¡Me alegra ver a tantos jóvenes!” celebró el Papa pocos minutos antes del inicio de la ceremonia.

Una vida dedicada a la fe

San Carlos Acutis es el primer santo milenial. Nació en Londres el 3 de mayo de 1991 donde vivían por el trabajo de su padre y luego se trasladaron a Milán y después de hacer la comunión a los 7 años comenzó a dedicarse a la Iglesia. Fue famosa su frase: “La Eucaristía es mi camino al Cielo”.

Trabajando con un estudiante de ingeniería informática en la página de la parroquia, aprendió a diseñar y crear páginas web y se apasionó tanto por esta actividad que en el verano de 2006 creó la página web de un proyecto de voluntariado en su colegio y colaboró ​​en la página de la Academia Pontificia Cultorum Martyrum, a la que pertenecía su madre. Con su ordenador, también creó un plan para rezar el Rosario.


Murió en poco tiempo tras sufrir leucemia

“Carlo era un adolescente bondadoso, alegre y jovial. No ocultaba su fe ni su amor por Jesús. Estaba deseoso de ayudar a sus compañeros necesitados, y en el barrio donde vivía, ayudaba a los pobres que mendigaban con su amistad y parte de su paga. Decía: estar siempre unido a Jesús, este es mi plan de vida”, recordó Smeraro.

En octubre de 2006, le diagnosticaron una forma agresiva de leucemia. En cuestión de días, su salud empeoró y a los 15 años y 5 meses, el 12 de octubre de 2006, falleció. Su cuerpo se ha conservado en la Iglesia de la Spogliazione, en Asís, donde se exhibe para la veneración de numerosos fieles de todo el mundo.