Este lunes 8, la Asamblea Nacional de Francia tumbó al primer ministro François Bayrou tras una moción de confianza en medio de un tenso debate sobre la deuda pública. El resultado fue contundente: 364 diputados votaron en contra de su gestión, frente a sólo 194 que lo respaldaron.
Bayrou, de 74 años, se jugó el cargo al presentar personalmente la moción, un gesto excepcional que subrayaba la gravedad de la crisis fiscal que enfrenta Francia. Su presupuesto para 2026 incluía ajustes por valor de 44 000 millones de euros (unos 51 600 millones de dólares), focalizados en recortes al gasto público —como la supresión de dos feriados— y reformas en salud y empleo, con el objetivo de contener el gasto estatal.
Con este fallo, Bayrou deberá presentar formalmente su renuncia al presidente Emmanuel Macron, quien ya anunció que nombrará a un nuevo primer ministro “en los próximos días”.
Esta caída marca otro capítulo de inestabilidad política: Bayrou es el cuarto primer ministro en ocupar ese cargo desde 2022, tras las salidas de Gabriel Attal y Michel Barnier en los últimos meses.
