
Oriunda de Buenos Aires, en el 2021 Analía Jiménez llegó a Las Termas. Comenzó a trabajar como costurera y después como joyera y masoterapeuta.
Como le dolía la cabeza decidió ir a un neurólogo. Se hizo estudios y al no encontrar nada el médico le recomiendó ir a un psicólogo.
Haciendo terapia los dolores comenzaron a desaparecer. La especialista le recomiendó escribir. Y escribió sobre su infancia. Sobre los abusos y violencias que sufrió siendo niña.
En vez de memorizar letras para aprender a escribir, leer, lo primero que memorizó es el número de la policía: 4660-0053. Cada vez que tomaba, su padre golpeaba a su madre. Llega un pariente y sufre su primer abuso.
Se van de la casa y empiezan a deambular por diferentes alquileres, conventillos, tías. Su madre trabajaba todo el día y en su soledad conoció ángeles y demonios.
“No la dejes sola” es una advertencia, un testimonio, un abrazo. Una invitación a reflexionar sobre el impacto de la presencia -o ausencia- de un adulto en la vida de un niño.
Ya no puede cambiar lo que le pasó, pero pudo darle otra infancia a su hija.
“Yo tuve la suerte de crecer con una madre presente, amorosa, resiliente” cuenta Samira, su hija mayor. “Y hoy puedo decir que ella me enseñó que sí es posible cortar con los patrones del dolor. Que la infancia no siempre marca un destino, y que se puede elegir otro camino”.
“Mi infancia -describió-;fue la contracara de la de mi mamá. Mientras ella creció con ausencias y dolor, yo crecí rodeada de presencia, amor y oportunidades. Siempre tuve a mi mamá en cada paso: en la escuela, en los proyectos, en casa. Nunca me faltó un abrazo, un consejo o un ‘te amo’ ‘estoy orgullosa de vos’.
Ella siempre priorizó mis estudios, desde que era una nena, y hasta el día de hoy me sigue acompañando en mi camino universitario. Estoy estudiando abogacía, y sé que gran parte de esa elección tiene que ver con su historia: con todo lo que vivió y con las injusticias que atravesó. Mi mamá es uno de mis principales propulsores para esta carrera, porque quiero defender aquello que a ella le negaron y ser la voz que muchas veces a ella le faltó”.