
En la ciudad de Añatuya, el ruido provocado por motocicletas con escape libre se ha convertido en un verdadero flagelo, especialmente durante los fines de semana. Lo que para algunos parece un pasatiempo, para la mayoría de los vecinos representa una seria alteración del orden y la tranquilidad.
Numerosos motociclistas —en su mayoría jóvenes— recorren rutas, avenidas, calles e incluso veredas particulares, generando un ruido constante que perturba la vida cotidiana de los habitantes. Aparentemente, el único objetivo es hacer ruido, molestar y exhibirse, sin tener en cuenta las consecuencias que esto implica para la comunidad.
La situación se vuelve aún más alarmante cuando se observa que muchos de estos conductores son menores de edad. Esta realidad no solo incrementa el riesgo de accidentes, sino que además genera una profunda preocupación entre los vecinos, quienes reclaman acciones concretas a las autoridades locales.
Pese a los constantes pedidos de control, hasta el momento no se ha observado una respuesta efectiva. La falta de supervisión y la ausencia de sanciones permiten que esta problemática continúe sin freno, afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
Otro aspecto que no puede dejarse de lado es la entrega de motocicletas a menores de edad sin ningún tipo de supervisión. Esta práctica pone de relieve la necesidad de una mayor responsabilidad por parte de los padres y tutores, así como un compromiso más firme de las autoridades para hacer cumplir la ley.
La comunidad de Añatuya exige medidas urgentes que frenen esta situación, que ya no solo representa una molestia, sino también un peligro latente para todos.