Una docente que ejercía una suplencia en el nivel inicial de una escuela pública del barrio porteño de Boedo fue acusada de estafar a sus compañeras mediante el uso de sus tarjetas de crédito y débito. La Justicia libró un pedido de captura internacional en su contra.
La investigación comenzó cuando varias maestras denunciaron consumos reiterados y elevados en sus cuentas bancarias. La Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°5 Especializada en Ciberfraudes, a cargo de Miguel Ángel Kessler, instruyó la causa y delegó tareas en el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
A través de los testimonios y el análisis de las denuncias, se comprobó la existencia de 105 compras por un total de $3.688.287,67. Entre los consumos detectados figuraban pasajes de avión, pagos en plataformas de juego online y operaciones en comercios a la calle.
Durante la pesquisa, se realizó un relevamiento de los comercios y se solicitó información a las entidades bancarias de las víctimas. Además, se detectó que algunas operaciones tenían relación con cuentas bancarias vinculadas a los padres de la acusada.
Las autoridades señalaron que, en una de las plataformas de juegos, el dinero cargado se multiplicó y luego se retiró hacia cuentas controladas por la sospechosa.
La Dirección Nacional de Migraciones informó que la docente viajó a Europa y no regresó al país. Ante esa situación, la fiscalía solicitó la captura internacional.
En paralelo, el padre de la acusada fue imputado por defraudación mediante el uso de tarjeta magnética. Reconoció su responsabilidad y acordó con la fiscalía un mecanismo de restitución, que permitió devolver más de $1.200.000 a las denunciantes en concepto de dinero defraudado e intereses.
La causa permanece en curso bajo la órbita de la Justicia porteña.
