
Con el lema “Dame, hijo mío, tu corazón”, la Iglesia del Movimiento Cristiano y Misionero llevó adelante el 10° Congreso de Jóvenes, un encuentro que reunió a decenas de participantes de distintos puntos de la provincia y ciudades vecinas, entre ellas Santa Cruz, Monte Quemado, Pozo Limpio, Monte Sinaí, Pampa de los Guanacos, Tintina, Aluhampa y Taco Pozo (Chaco).
El evento, concebido como un espacio de reflexión y crecimiento espiritual, estuvo marcado por talleres, enseñanzas y prédicas a cargo de pastores que destacaron la importancia de mantener a Dios en el centro de cada decisión de la vida. Los mensajes, cargados de testimonios y experiencias, buscaron inspirar a los jóvenes a convertirse en agentes de cambio en sus comunidades.
Uno de los ejes más comentados fue la importancia de ser una buena influencia en la sociedad. A partir de la enseñanza bíblica que recuerda que “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”, los jóvenes se mostraron atentos y motivados a poner en práctica un estilo de vida basado en el consejo de Dios.
El congreso concluyó con un mensaje de esperanza y una invitación a renovar la comunión con Jesús, recordando a los participantes que, con fe y compromiso, es posible transformar su entorno y marcar una diferencia positiva en la sociedad.
Desde la organización, remarcaron que varios jóvenes compartieron sus testimonios de vida, narrando cómo lograron superar adicciones y situaciones de depresión gracias a la fe en Cristo. “Este congreso no es un punto de llegada, sino el comienzo de un camino que seguirá inspirando a muchos”, señalaron los pastores al cierre del encuentro.
Finalmente, la iglesia transmitió un mensaje de amor y confianza: “Jesús los ama sin condiciones y tiene planes de bien para todos”.