
El talento y la pasión por los cubos Rubik llevaron a un grupo de jóvenes santiagueños a destacarse en la competencia “Salta al Cubo 2025”, realizada el pasado fin de semana en la Usina Cultural de la capital salteña. Entre ellos, el pequeño Emilio Hallak, de solo 13 años, se consagró campeón del torneo, superando su propio récord de tiempo y llenando de orgullo a toda la comunidad de Santiago Cubea.
El evento, que reunió a 50 competidores de distintas provincias y países como Bolivia, contó con 13 categorías oficiales avaladas por la World Cube Association (WCA). Durante dos jornadas —el 4 y 5 de octubre—, la destreza, la concentración y la velocidad fueron las protagonistas de un torneo que convocó a público de todas las edades, con entrada libre y gratuita.
De Santiago del Estero participaron Lautaro Fortea (14), Máximo Hallak (16), Emilio Hallak (13) y Ángela, madre del grupo y una de las impulsoras de Santiago Cubea, quien esta vez también se animó a competir.
En diálogo con Info del Estero, Ángela compartió su alegría por la experiencia: “Fue un torneo hermoso, con chicos de Buenos Aires, Córdoba, Jujuy, Salta, Corrientes, Santa Fe y hasta de Bolivia. Ver a Emilio superarse en cada ronda fue una emoción enorme. Todos disfrutamos muchísimo”.
Una comunidad que crece
Santiago Cubea se consolidó como una verdadera familia cubera, nacida del entusiasmo de un grupo de jóvenes y padres que decidieron llevar este hobby a otro nivel. Su espíritu colaborativo ya permitió que la provincia fuera sede del Circuito Termal del Cubo 2025, realizado en agosto en Termas de Río Hondo.

En aquella oportunidad, Ángela explicaba a Info del Estero: “El Circuito Termal del Cubo es un nombre que elegimos con mucho cariño, haciendo alusión al autódromo y al carácter termal de la ciudad. Queremos que no solo participen cuberos locales, sino también de otras provincias. Además, Termas ofrece un entorno turístico ideal para compartir en familia”.
De un juego a una pasión
La historia de Santiago Cubea nació casi por casualidad. “Un día, caminando por la peatonal, uno de mis hijos me pidió que le compre un cubo. Lo armó mirando videos en YouTube, y de ahí empezó todo”, recuerda Ángela. Ese primer gesto encendió una pasión que los llevó a participar en torneos nacionales, conocer a otros aficionados y finalmente organizar competencias oficiales en la provincia, donde ya se batieron récords continentales.
Hoy, Santiago Cubea demuestra que detrás de cada cubo hay mucho más que colores y movimientos: hay comunidad, aprendizaje y una enorme alegría compartida de familias comprometidas con acompañar a sus hijos en un deporte sano que no para de crecer.
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