Lo que comenzó como un simple juego en el patio de su casa terminó en una situación desesperante. En la localidad de Collin, zona de Lavon (Texas), una niña llamada Leah James logró salvarle la vida a su hermano menor gracias a los conocimientos que había aprendido de su madre.
Los pequeños jugaban en un trampolín mientras eran filmados por el celular que ellos mismo colocaron, cuando el niño tomó un caramelo y lo llevó a su boca antes de comenzar a saltar.
Segundos después, el juego se transformó en alarma: el pequeño comenzó a llevarse las manos al cuello, la señal universal de asfixia por atragantamiento.
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Leah reaccionó de inmediato. Primero intentó ayudarlo con palmadas en la espalda, pero al ver que no surtía efecto, aplicó la maniobra de Heimlich, una técnica que le había enseñado su madre, Heather James, quien trabaja en el Departamento de Policía de Lavon como encargada de los programas especiales.
Heather también lidera el Club de Niñeras de Lavon, donde enseña a jóvenes cómo actuar ante emergencias médicas básicas, como el atragantamiento o un paro respiratorio.
Gracias a esa enseñanza, Leah logró que su hermano expulsara el caramelo y volviera a respirar con normalidad. Acto seguido, la niña corrió a buscar a su madre, que no tardó en acudir al lugar.
