
Por décadas, la parálisis por lesión medular fue uno de los mayores desafíos de la medicina moderna, con soluciones que se centraban en la adaptación más que en la recuperación de la movilidad. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Fudan en Shanghái (China) desarrolló una interfaz cerebro-espinal que permite a personas parapléjicas recuperar el control voluntario de sus piernas en tan solo 24 horas después de una operación. Algunos incluso volvieron a caminar de forma independiente en pocas semanas.
Este hito no solo rompe con la creencia arraigada de que los nervios dañados no pueden recuperarse, sino que abre una nueva y prometedora vía para entender y potenciar la plasticidad del sistema nervioso humano.
Un “bypass” neural
La médula espinal actúa como una autopista de señales que conecta el cerebro con el resto del cuerpo. Cuando esta vía se interrumpe por una lesión, el flujo de órdenes motoras se bloquea. La innovación china consiste en crear un “bypass” neural, una especie de desvío que permite que las señales cerebrales eviten la zona dañada y lleguen directamente a los músculos.
Este “puente” se construye mediante la implantación de dos diminutos chips, de apenas 1 mm de diámetro, en el córtex motor del cerebro y en las raíces nerviosas de la médula espinal. Estos chips actúan en conjunto, descodificando la intención de movimiento del paciente y traduciéndola en estimulación eléctrica. Esta estimulación reactiva los nervios “dormidos”, restaurando la comunicación entre la mente y el cuerpo. La tecnología se basa en el fenómeno de la remodelación neural, la capacidad del sistema nervioso para reorganizarse y establecer nuevas conexiones tras una lesión, siempre que reciba los estímulos adecuados.
Diferente a otras interfaces cerebro-computadora
A diferencia de proyectos como Neuralink de Elon Musk, que utilizan equipos externos para interpretar y ejecutar movimientos, la solución de Fudan es más directa e intrínseca. En lugar de un ordenador intermediario, el objetivo es reavivar los propios circuitos neuronales del paciente, buscando una recuperación más natural de la función motora. No se trata de controlar un movimiento con un botón externo, sino de restaurar la conexión innata entre la intención cerebral y la acción corporal.
Resultados clínicos asombrosos
Los resultados iniciales son extraordinarios. El primer paciente, un hombre de 34 años parapléjico tras una caída, recibió los implantes el 8 de enero de 2025. En menos de 24 horas, ya podía levantar ambas piernas. A los 14 días, caminaba 5 metros con un soporte. Otros tres pacientes tratados en febrero y marzo experimentaron mejoras similares, demostrando la replicabilidad del éxito.
Pero el avance va más allá del movimiento. Algunos pacientes también recuperaron sensaciones perdidas, como la temperatura, el tacto e incluso la capacidad de controlar la vejiga e intestinos, lo que sugiere una regeneración más profunda y funcional del sistema nervioso. El testimonio del primer voluntario es revelador: “Siento mis pies calientes y sudorosos, hay un cosquilleo. Cuando me pongo de pie, noto cómo se contraen los músculos de las piernas”, declaró, aportando detalles cruciales que confirman la reactivación de las vías nerviosas.
El camino hacia la “cura universal”
El siguiente paso para el equipo de investigación, liderado por Jia Fumin, será ampliar los ensayos clínicos y combinar esta tecnología con programas intensivos de rehabilitación durante tres a cinco años. La meta a largo plazo es que los pacientes logren reconectar completamente sus nervios y puedan dejar de depender de los dispositivos implantados.
Aunque todavía es temprano para hablar de una “cura universal” para todas las lesiones medulares, este avance representa una nueva frontera en la neurociencia y la medicina. No es ciencia ficción, sino ciencia en acción, con resultados tangibles que ofrecen un horizonte mucho más optimista para millones de personas en todo el mundo que viven con parálisis.
Desde el ámbito científico y social, este tipo de innovaciones deben inspirar a la inversión continua en neurociencia. La posibilidad de devolver la movilidad y la sensación a quienes creían haberlas perdido para siempre es un testimonio del poder de la tecnología y la empatía humana. Hemos cruzado un umbral fundamental: el de pasar de mitigar la parálisis a combatirla activamente desde dentro del cuerpo, aprovechando el potencial inexplorado de las conexiones neuronales. Esta tecnología de vanguardia, impulsada por la inteligencia y la empatía, tiene el poder de transformar radicalmente la vida humana.
Chinese surgeons implant spinal chip that bypasses damaged areas, restoring nerve signals
Patient, paralyzed for 2 years, takes steps just 15 days post-surgery pic.twitter.com/5YezupRH2g
— RT (@RT_com) March 26, 2025