Natalí Jugo vivió horas desesperantes luego de que le robaran un parlante y un micrófono que utiliza para trabajar en los eventos donde la contratan. Afortunadamente pudo recuperar sus pertenencias, pero su marido vivió una odisea digna de película, ya que se fue a las manos con el delincuente y hasta tuvo que pagar para volver a tener lo que era suyo.
“La dueña de la cumbia” relató que el malviviente era conocido ya que su esposo lo contrató en algunas ocasiones como “capachero” para algunas obras. Este sujeto aprovechó que ellos no se encontraban en el domicilio, y los niños estaban con la niñera para ingresar sin que se dieran cuenta y llevarse el parlante y el micrófono.
“Ayer a la mañana cuando me voy a sacar el parlante para cantarle a mi mamá en su día, no lo encontré”, contó. Ahí fue que comenzó la odisea, primero preguntaron para saber quién se lo podría haber llevado y se dieron con el nombre del delincuente.
Su esposo fue a buscar y a pedir que le devuelvan el parlante, previo a hacer la denuncia policial. No recibieron una respuesta favorable y la familia del ladrón les pedía que no lo denuncien ya que sería una persona con problemas de consumo de sustancias prohibidas.
Los vecinos les dieron el nombre de la persona que había comprado el parlante y el micrófono. “En la policía no me contestaban nada, y ha ido mi marido a la mañana y lo ha visto justo en la casa de los padres, donde supuestamente estaba. Ha ido, ha reclamado, lo han golpeado entre los de la familia, con la muleta, con todo…”, explicó.
“Después ha vuelto al barrio Río Dulce a ver si podía recuperar, ha peleado con el que ha comprado el parlante, que lo acusé, y él le ha dicho dónde estaba el parlante. Una vez más volvió a la casa del chango (del presunto delincuente), después de los golpes y les ha pedido que le consigan el parlante, y después de pagarle recién le han traído el parlante”, señaló Natalí.
“Todavía no puedo creer esto. Tener que pagar para recuperar algo que es mío, que soy una mujer trabajadora”, señaló la cantante quien vivió momentos dramáticos donde la integridad de su esposo estuvo en peligro. Por eso también solicitó que la Policía tome cartas en el asunto, por los numerosos robos que sufren los vecinos.
