Momentos de extrema tensión se vivieron en San Petersburgo, donde el futbolista Andrei Mostovói, jugador del Zenit, fue víctima de un intento de secuestro mientras se dirigía a su vehículo en la isla Krestovsky. El hecho ocurrió en la previa del triunfo de su equipo ante el Dinamo Moscú y generó gran conmoción en el ámbito deportivo ruso.
Según los reportes policiales, tres hombres encapuchados descendieron de una camioneta e intentaron forzar al mediocampista a subir al vehículo. En ese momento, Alexander Grakun, jugador de hockey sobre hielo y amigo del futbolista, intervino de inmediato y logró asistirlo en medio del forcejeo.
Gracias a la rápida reacción de ambos, consiguieron liberarse de los atacantes y escapar del lugar. Los agresores huyeron en la misma camioneta en la que habían llegado, pero fueron detenidos días después tras protagonizar otro secuestro, esta vez contra un familiar de un político local.
La investigación determinó que cuatro personas estuvieron involucradas en el intento de secuestro a Mostovói. A partir de ese hecho y del segundo ataque, las autoridades pudieron identificar y arrestar a los responsables, quienes ahora enfrentan cargos penales por secuestro y tentativa de homicidio.
En declaraciones a la prensa rusa, la madre del futbolista destacó la fortaleza y lucidez de su hijo durante el ataque:
“Lo que lo salvó fue su capacidad para analizar la situación en una fracción de segundo. Logró reducir a los secuestradores física y mentalmente, dejándolos inconscientes. Estos huyeron en estado de shock. Andrei, por supuesto, tiene piernas de oro. Pudo escapar rápidamente”.
Desde el Zenit de San Petersburgo no se difundió un comunicado oficial, aunque el club expresó su alivio por la integridad del jugador y agradeció el accionar de las fuerzas de seguridad.
