La comunidad de Añatuya se viste de luto hoy para despedir con profundo pesar a Oscar Cisek, un vecino entrañable cuya visión y creatividad dejaron una huella imborrable en la vida social y cultural de la ciudad. Más que un empresario, Cisek fue un maestro de la elegancia y un pionero indiscutible que transformó para siempre la manera de celebrar.
Oscar Cisek fue un auténtico visionario que en la década del ’80 rompió con los moldes tradicionales de Añatuya al fundar la primera empresa de catering para fiestas. Su propuesta fue revolucionaria: elevó el nivel de las celebraciones locales, incorporando elegancia, glamour y un toque artístico que convirtió cada evento en una verdadera y memorable experiencia.
Su genio creativo se manifestó en cada detalle: Fue pionero en presentar platos con shows y puestas en escena, desafiando lo convencional, diseñó ornamentaciones audaces y creativas, que siempre llevaban su sello distintivo: el amor por las plantas, que llenaban de vida y frescura cada ambientación.
La influencia de Oscar Cisek trascendió lo festivo, su exigencia profesional y su estilo único se convirtieron en la inspiración y la escuela para una nueva generación de organizadores, decoradores y animadores, muchos de los cuales se formaron bajo su guía. Cisek no solo innovó; también fue un gran motor de desarrollo local, dando oportunidades laborales a incontables DJs, gastronómicos y proveedores, fortaleciendo una industria que aún hoy lleva su indeleble impronta.
Su visión estética y buen gusto también quedaron plasmados en el espacio público. Durante la gestión del intendente Pololo Nuevo, Cisek trabajó junto al arquitecto Roldán en el diseño de la primera cuadra de la Avenida España, actualmente conocido como el Paseo Mónica Díaz, aportando creatividad y distinción al paisaje urbano de Añatuya.
Oscar Cisek será recordado por haber puesto arte donde solo había servicio, dejando un legado de belleza, innovación y profesionalismo.
