La superluna más grande del año aparecerá en breve en Santiago

La superluna de noviembre representa la segunda de una serie de tres superlunas consecutivas que se producen durante el año. Este fenómeno astronómico es particularmente notable debido a que su aproximación será la más cercana de la secuencia, lo que atrae una atención considerable de entusiastas y astrónomos por igual.

Para los observadores en Argentina, el momento de máximo brillo se producirá alrededor de las 21:20 del miércoles (00:20 GMT del jueves). En ese instante, la Luna se encontrará en una posición óptima para una visualización directa, garantizando un espectáculo impresionante. A pesar de que la ilusión óptica provoca que la luna parezca de mayor tamaño cuando está cerca del horizonte, este efecto se basa más en la percepción humana que en el tamaño real del disco lunar. La verdadera modificación que se puede detectar reside en la intensidad de la luz reflejada.

En esta ocasión, la conocida “Luna Llena del Castor” alcanzará su punto más brillante y cercano a la Tierra en 2025, convirtiéndose así en la superluna más destacada del año. Sin embargo, esta espectacular visión no llega sola; coincidirá con el período de máxima actividad de varias lluvias de meteoros, incluyendo las Táuridas del Sur y, poco después, las Leónidas. Esta coincidencia es poco común y brinda la oportunidad de observar y comprender mejor la relación entre los cuerpos celestes que orbitan en nuestra proximidad.

El nombre tradicional de esta luna llena proviene de las costumbres de los pueblos originarios del hemisferio norte. La época del año en que los castores refuerzan sus diques antes de las primeras heladas servía como una señal estacional para las comunidades que dependían de la naturaleza. Según el Farmer’s Almanac, la Luna Llena del Castor también ha sido conocida con otros nombres en distintas culturas, como “luna de excavación” entre los tlingit y “luna de hielo” entre los cree.

Finalmente, la noción moderna de “superluna” se consolidó a finales del siglo XX, gracias al astrólogo Richard Nolle, quien popularizó el término para describir una luna nueva o llena que se sitúa a menos del 10% de su máxima cercanía con la Tierra. Aunque el concepto ha generado debates, especialmente entre astrónomos que apuntan a la escasa diferencia visual entre una superluna y una luna llena promedio, la fascinación por estos eventos sigue siendo fuerte y creciente.