Una verdadera fiesta popular se vivió en Mendoza. Miles de hinchas de Independiente Rivadavia colmaron los alrededores del aeropuerto y las calles de la costanera para recibir al flamante campeón de la Copa Argentina 2025, que regresó desde Córdoba luego de vencer a Argentinos Juniors en una final inolvidable.
Los fanáticos se congregaron con banderas, bengalas y camisetas azules para darle la bienvenida al plantel dirigido por Alfredo Berti, que arribó con el trofeo más importante de su historia reciente. La Lepra mendocina, que ya había emocionado a todo el país con su ascenso en 2023, volvió a escribir una página dorada en el fútbol argentino.
El clima fue de pura pasión y emoción: el micro con los jugadores avanzó lentamente por la ciudad acompañado por una caravana de más de un kilómetro de autos y motos, entre bocinazos, cantos y lágrimas. En cada esquina, familias enteras se sumaban al festejo con banderas, camisetas y fuegos artificiales que tiñeron el cielo de azul.
El recorrido culminó en el estadio Bautista Gargantini, donde los campeones compartieron la Copa con su gente. Allí se vivieron escenas de euforia y emoción desbordante: abrazos, cánticos interminables y una comunión única entre jugadores e hinchas.

Entre los más ovacionados estuvieron Sebastián Villa, figura y referente del equipo, quien se mostró visiblemente emocionado:
“Son momentos realmente muy emocionantes… es difícil describir todo esto tan hermoso”, expresó el colombiano mientras cantaba junto a los hinchas.
También se destacó la presencia de Diego Tonetto, orgullo local y el único mendocino del plantel, quien volvió a levantar un trofeo con la camiseta azul: primero en el ascenso y ahora en la élite. “Esto es un sueño hecho realidad, lo hicimos por toda Mendoza”, dijo el volante.
Con este título, Independiente Rivadavia no solo inscribe su nombre en la historia grande del fútbol argentino, sino que reafirma el lazo inquebrantable con su gente, esa que volvió a copar las calles para celebrar al grito de “¡Dale campeón!”.
