POR EL TRIBUNERO (con resaca de lunes post superclásico)
Están como cuando te pegan un parchazo en la nuca, no saben a quién culpar. Que Gallardo, que la AFA bostera, que era foul, y tantos pretextos con tal de no reconocer lo mal que están.
Encima lo confiado que estaban, su ídolo máximo, el Muñeco Gallardo no les iba a fallar en la Bombonera, la historia lo favorecía y las chances de que pase un papelón, como el que pasó, no se iba a dar.
Los superclásicos siempre son partidos diferentes, no importa la realidad de cada uno, como llegan, importa el resultado final y a bancarselá después el que pierde porque a veces te opaca todo lo bien que habías hecho anteriormente.
Pero no nos desviemos del tema, hablemos del Changuito Zeballos, del santiagueño que les cerró bien la boca a todos los que lo maltrataron, porque eso recibió. Desde el ninguneo hasta reírse de las desgracias que sufría con las lesiones.
Cagón era el insulto más reproducible que recibía, pero el fútbol es una rueda que gira constantemente y te da revancha siempre.
Lo sacó a pasear a Rivero en el primer gol, a Martínez Quarta lo hizo amonestar y Portillo le miró el número de la camiseta en el segundo tanto. Después ni las patadas lo pudieron parar, nada atemorizó al Chango, que los dejó por el piso.
Ahora sí se te llenó el de atrás de preguntas, en serio, acordate de la frase “mirala por Fox” y por las dudas preguntá por DirecTV que transmite la Copa Sudamericana.
Hasta la semana que viene
