Señalan que la clase media argentina ya no tiene empleo para progresar, sino para sobrevivir

Un reciente informe de la Fundación Pensar revela que, de los aproximadamente 9 millones de argentinos que se autodefinen como clase media, solo el 43 % cumple con los ingresos requeridos para pertenecer realmente a ese segmento.

La brecha entre percepción y realidad económica se ve acrecentada por el hecho de que una mayoría declara trabajar simplemente para mantenerse. Según la analista Mora Jozami, 6 de cada 10 argentinos que trabajan lo hacen “para subsistir”, no con la expectativa de ascender social o económicamente.

El estudio, presentado en Rosario señala que el ingreso mínimo para considerarse clase media baja hoy ronda entre los 2,3 y 6 millones de pesos por hogar. Pese a esto, muchos hogares siguen afrontando dificultades para cubrir bienes básicos y mantienen niveles de consumo que remiten más al esfuerzo que al progreso.

En este contexto, un 41 % de los argentinos considera que vive peor que sus padres, y solo 1 de cada 4 cree estar mejor que la generación anterior. La movilidad social ascendente parece estancada, lo que debilita la tradicional esperanza de la clase media como motor de crecimiento económico.

El informe concluye que esta parte de la población está atrapada en una “nueva normalidad”: el empleo ya no garantiza paso hacia una mejor situación, sino apenas asegura el tránsito diario. Esto implica un desafío para las políticas públicas y la planificación económica nacional, que deben afrontar no solo la pobreza sino también la erosión de la clase media como fuerza social intermedia.