Ignacio “Nacho” Russo atraviesa una semana cargada de emociones. Tigre visitará a Boca este fin de semana por la fecha 16 del Torneo Clausura 2025, en un partido que tendrá un valor especial para el delantero debido a la historia de su familia con el club xeneize y al recuerdo de su padre, el recordado entrenador Miguel Ángel Russo, fallecido meses atrás.
En una charla distendida pero sincera, Nacho dejó en claro que enfrentar a Boca no es un partido más:
“¿Gritar un gol? No, no, porque es el equipo de mi viejo. No se grita”, afirmó sin dudar. El delantero reveló que, a pesar de su vínculo familiar con la institución, apenas ha tenido cruces oficiales: “Jugué dos veces nada más. Con Instituto y este año con Tigre fui al banco y entré en el segundo tiempo”.
El duelo también tendrá un condimento extra: será su primera vez jugando en La Bombonera. “Recién este es mi segundo año en Primera. Jugué una final con Patronato contra Boca, que perdimos 3-0 con tres goles de Benedetto, pero después muy pocas veces”, recordó.

Una semana distinta para bajar la ansiedad
Consciente del impacto emocional del partido, Russo contó cómo intenta despejar la cabeza en los días previos.
“En semanas especiales trato de hacer cosas distintas para no pensar tanto. Salimos a caminar, a merendar a lugares donde no voy. Voy a tomar un café por ahí, a comer con mi hermana… Son maneras de distender un poco”, explicó.
Aun así, admite que es imposible desconectarse por completo:
“Es un partido importante para Tigre. Es imposible aislarse del todo, siempre seguís viendo cosas o analizando. Pero cuando decido salir, salgo”, aseguró.
Con la sensibilidad a flor de piel y el recuerdo de su padre muy presente, Nacho Russo se prepara para vivir una noche que promete ser inolvidable en uno de los estadios más emblemáticos del fútbol argentino.
