El duelo de Independiente ante Rosario Central podría tener poco impacto deportivo, pero se perfila como una jornada crítica en las tribunas. La interna de la barra brava volvió a estallar tras el anuncio del regreso de Pablo “Bebote” Álvarez, exlíder histórico de “Los Diablos Rojos”, quien prometió reaparecer en la popular Norte acompañado por su grupo.
Álvarez, distanciado desde que fue desplazado por la facción “Los Dueños de Avellaneda” durante su paso por prisión, decidió volver a escena tras detectar un momento de debilidad en la barra oficial: varios de sus jefes tienen derecho de admisión y perdieron apoyo dirigencial. Su reaparición generó un clima explosivo.
El conflicto escaló esta semana cuando Bebote se cruzó en plena calle con Mauro Romero Avendaño, uno de los líderes de la barra oficial, en un enfrentamiento que incluyó golpes y amenazas de guerra abierta. Luego, a través de redes sociales, Álvarez difundió videos desafiantes y anunció que intentará recuperar la tribuna. La respuesta del grupo oficial fue inmediata: una reunión de más de 300 barras terminó con la frase intimidante: “Bebote, querido, te vamos a c…. a tiros”.
Aprevide en alerta: carnets sospechosos y tickets de protocolo
La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte detectó más de 150 actualizaciones de carnets en la sede social, lo que presume un movimiento organizado por la facción disidente. Ante la sospecha, intimó al club a entregar la lista de socios habilitados, aunque Independiente aún no aportó toda la información solicitada.
También se investigan tickets de protocolo que habrían sido entregados a referentes de la barra disidente en el último partido, lo que apunta a posibles complicidades internas. En paralelo, la relación entre la dirigencia y la barra oficial atraviesa su peor momento tras los incidentes en la Copa Sudamericana.
Operativo reforzado y control en negocios vinculados a Bebote
Por la gravedad del escenario, el operativo de seguridad será uno de los más grandes del año: 450 policías más cuatro grupos de Infantería, sumando 120 efectivos adicionales. Además, se incluyó un pedido de inspección municipal al local “Paladar Rojo”, ubicado a metros del estadio y propiedad de Bebote Álvarez, con posible clausura.
Un clima peligroso en un partido sin impacto deportivo
Mientras el club atraviesa cambios internos en el área de seguridad y crecen las sospechas sobre nexos políticos con sectores de la barra, el hincha común vuelve a quedar en el medio de una disputa mafiosa que amenaza con recrudecer este sábado.
La pelota puede definir poco, pero el partido se jugará bajo una atmósfera de máxima tensión, con dos facciones armadas dispuestas a todo por el control de la popular Norte del Libertadores de América.
