La noche del jueves 20 se transformó en un lienzo vivo de creatividad y resistencia cultural. El Instituto Superior de Bellas Artes fue el epicentro del desfile “Aullido de naciones”, un evento que elevó la pasarela de la moda a la categoría de experiencia sensorial profunda.
Bajo una luz tenue y evocadora, la moda se alió con el arte en un “Aullido” que fue mucho más que una presentación de indumentaria: fue un rotundo llamado a la identidad: “Somos latinos”. La colección presentada se concibió como un homenaje revolucionario a los grandes artistas y las raíces culturales de Latinoamérica. La pasarela se convirtió en un altar donde la genialidad de los diseñadores argentinos se fusionó con el alma de los creadores del continente.

Cada atuendo invitaba a navegar por un mar de inspiración que recorrió: La audacia cromática de la icónica Frida Kahlo, el surrealismo onírico y la magia de Remedios Varo, la geometría ancestral del arte andino y la poesía visual de los grandes muralistas latinoamericanos.
Los diseñadores demostraron su maestría técnica, presentando piezas que iban desde la sofisticación de los trajes intrincados, meticulosamente intervenidos y bordados a mano, hasta estilos de gran practicidad que, sin embargo, lograban una singularidad inigualable. “Aullido de naciones” es la prueba viva de que la moda argentina es sinónimo de audacia, técnica y profunda raigambre cultural. Es un movimiento que entiende la identidad no solo como una herencia, sino como un acto de resistencia y belleza en sí mismo.
El desfile no solo iluminó la noche, sino que reafirmo el potencial ilimitado de la moda argentina cuando se atreve a contar, a través de sus hilos y texturas, las poderosas historias de su gente.
