Un fuerte intercambio se desató en las redes sociales tras la difusión del caso de dos caniches que fueron vistos desorientados en pleno centro de Santiago del Estero y que, minutos después, murieron en distintos hechos viales. El episodio generó acusaciones contra los supuestos dueños, pero luego surgieron testimonios que cambiaron por completo la perspectiva del caso.
La primera publicación: acusaciones y reclamos
La polémica comenzó cuando un vecino compartió en el grupo “Mascotas Perdidas – Sgo. del Estero” imágenes de los dos caniches caminando por avenida Belgrano y luego la foto de uno de ellos atropellado. En su relato, responsabilizó directamente a los dueños por un presunto descuido que habría derivado en que los animales escaparan, fueran robados y terminaran en la calle en estado de confusión.
El post rápidamente se viralizó: cientos de usuarios reaccionaron con enojo, pidieron sanciones y cuestionaron a los dueños sin conocer su identidad ni las circunstancias reales del hecho.

La respuesta: familiares desmintieron el abandono
Horas más tarde, otra publicación en el mismo grupo aportó una versión completamente distinta. Una mujer cercana a la familia explicó que los dos caniches habían sido robados de su vivienda, donde recibían cuidados constantes y formaban parte de una familia que los consideraba “sus hijos”.
Según relató, ambos perros dormían dentro de la casa, tenían vacunas al día, asistencia veterinaria regular y consumían alimento premium. “Ambos fueron víctimas de gente que solamente se dedica a hacer daño. Fueron robados y separados de sus familias”, expresó en la publicación, pidiendo que se dejara de juzgar sin conocer los hechos.
La mujer también aclaró que uno de los animales murió atropellado sin que el conductor se detuviera a auxiliarlo, mientras que el otro fue llevado por dos personas que circulaban en moto y que hasta el momento no fueron identificadas.
La palabra de la dueña: dolor, aclaración y agradecimiento
Finalmente, la dueña de una de las perritas, llamada Frida, publicó un mensaje cargado de dolor y desmintió con firmeza cualquier tipo de descuido: “Esa perrita atropellada era MI FRIDA, mi hija. Yo soy trasplantada y amputada de una pierna: la cuidaba como a una hija. Tenía juguetes, ropa, alimento premium, vacunas, pastillas para parásitos. Dormía en mi cama. Me la robaron, abrieron el portón de mi casa y se la llevaron. Busqué por mi barrio y no aparecía hasta que lo vi en las redes. Estoy destruida.”
La mujer agradeció a quienes intentaron ayudar a la perrita tras el atropello y pidió respeto en medio del dolor: “Por favor, pido respeto porque nadie sabe cómo yo la cuidaba. El dolor es infinito y no tengo consuelo.”
