El Ministerio de Salud de Uganda confirmó que al menos 11 niños murieron a causa de un brote de sarampión en el distrito semiárido de Napak, al noreste del país. La emergencia sanitaria se declaró hace dos semanas y hasta ahora se registraron 74 casos en doce subcondados de comunidades pastoriles.
La primera señal de alarma surgió el 15 de noviembre, cuando un caso sospechoso ingresó en la sala de pediatría del Hospital de Matany. Cuatro días después, la cartera sanitaria confirmó oficialmente el brote.
En su último informe, el Ministerio indicó que se mantiene una búsqueda activa de nuevos casos, aunque advirtió que la campaña de vacunación masiva contra sarampión y rubéola todavía no comenzó.
Entre los factores que potencian la expansión del virus se destacan la baja cobertura de inmunización, el hacinamiento en los hogares, las malas condiciones de vivienda y la alta tasa de desnutrición entre niños menores de cinco años.
No es un escenario nuevo para el país: el año pasado se notificaron brotes en 56 distritos del este africano.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa, transmitida por tos o estornudos, y puede derivar en cuadros graves. Según la Organización Mundial de la Salud, los síntomas suelen aparecer entre 7 y 14 días después de la infección e incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y ojos rojos o llorosos.
