En Mendoza, más de un centenar de estudiantes del Colegio Santa María, perteneciente a la Universidad Champagnat, protagonizaron graves incidentes que terminaron con destrozos en aulas y diferentes sectores de la institución educativa.
El hecho ocurrió el jueves 27 de noviembre, último día de clases, luego de que las autoridades escolares comunicaran a los alumnos que no tendrían permitido faltar al día siguiente, tras los festejos del denominado UUD (Último Último Día). La negativa derivó en una reacción violenta que fue catalogada por el Consejo Escolar como una “seria alteración del orden institucional”.
Frente a esta situación, la institución emitió la Resolución N°065-REC-2025, que impone un severo régimen disciplinario. Un total de 115 alumnos identificados recibieron 20 amonestaciones cada uno, cifra que, según el Reglamento de Convivencia, implica la pérdida automática de la regularidad y la obligación de rendir todas las materias en condición de alumnos libres.

Para evitar ese escenario, los estudiantes deberán cumplir un plan de reparación institucional. Entre el 12 y el 18 de diciembre deberán asistir al colegio en horario matutino para realizar tareas de limpieza profunda, ordenamiento de espacios, ambientación para ingresantes y participación en talleres de reflexión. También deberán asistir a un desayuno institucional con el personal de limpieza y mantenimiento, al cual deberán concurrir con cartas de disculpas.
Además, en febrero deberán rendir y aprobar un coloquio sobre normas de convivencia, responsabilidades y el reglamento escolar. Recién entonces podrían acceder a una reducción de amonestaciones —de 20 a 14— siempre y cuando cumplan estrictamente con todas las actividades, sin inasistencias, con uniforme obligatorio y sin incidentes nuevos.

El Consejo Escolar detalló que durante los disturbios se produjeron roturas de mobiliario, daños en instalaciones, destrucción de producciones académicas de alumnos de la Facultad de Informática y Diseño e insultos dirigidos a autoridades, particularmente al director de la institución.
La responsabilidad económica de los daños recaerá sobre las familias de los estudiantes involucrados. La universidad informó que los sectores afectados se encuentran cuantificando el costo total de los perjuicios y que los montos serán incorporados a las facturas mensuales de cada familia, tal como lo establece el reglamento interno.
