Informe de la UCA indica que el 72% de los trabajadores tiene ingresos por debajo de la línea de pobreza

Un informe del Instituto Gino Germani, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, expone con crudeza la magnitud del deterioro social en la Argentina: el 72% de los trabajadores, tanto formales como informales, percibe ingresos inferiores al millón de pesos mensuales, muy por debajo de la Canasta Básica Total, que ya supera los $1,2 millones.

Lejos de tratarse de una situación marginal, la figura del “trabajador pobre” se convirtió en una condición estructural. Incluso dentro del empleo registrado, el 58% de los asalariados no alcanza el umbral de ingresos necesario para cubrir las necesidades básicas. Además, uno de cada cinco trabajadores con jornada completa de 40 horas se encuentra bajo la línea de pobreza.

La situación es aún más grave entre los trabajadores informales y los cuentapropistas de baja calificación, donde el fenómeno afecta a cerca del 90%. El informe subraya así que el problema no se resuelve únicamente con acceder a un empleo formal, ya que el deterioro salarial atraviesa a todo el sistema laboral.

Una economía contra los trabajadores

Según los investigadores, este escenario no es producto del azar, sino el resultado directo de un modelo económico que priorizó el ajuste fiscal por sobre la protección del ingreso de los trabajadores. En ese contexto, el estudio identifica la aparición de un fenómeno creciente: la “pobreza residencial”, impulsada por el fuerte aumento en el precio de los alimentos y, especialmente, por el incremento de las tarifas de servicios públicos.

El peso del gasto en luz, gas y agua pasó de representar el 4% del salario mediano a fines de 2023 a absorber el 11% en 2025, un impacto que reduce drásticamente el poder adquisitivo y elimina cualquier posibilidad de ahorro para amplios sectores de la población.

Frente a la insuficiencia de los ingresos, cada vez más personas recurren al pluriempleo como estrategia de supervivencia. Actualmente, el 12% de los ocupados tiene más de un trabajo, una cifra que revela hasta qué punto los salarios resultan insuficientes incluso entre quienes cuentan con empleo formal.

El informe concluye que el actual modelo económico consolidó una realidad preocupante: en la Argentina de hoy, trabajar ya no garantiza dejar de ser pobre. Por el contrario, para millones de personas el empleo apenas alcanza para “administrar” la pobreza, en un contexto donde las decisiones económicas profundizan la pérdida de poder adquisitivo y debilitan el tejido social.