Santiago del Estero tiene una nueva promesa deportiva y su nombre empieza a sonar con fuerza en el sóftbol nacional. Juan Pablo Coman, de tan solo 15 años, se ha convertido en uno de los talentos más sorprendentes de los últimos años. Con una disciplina admirable y un nivel técnico que impresiona a propios y ajenos, este joven pitcher del Club 8 de Abril se proyecta como una futura pieza para la Selección Argentina.
Su crecimiento deportivo fue tan vertiginoso como inesperado: Juan Pablo pasó directamente de la categoría infantiles a Primera División, enfrentándose a jugadores con años de experiencia y recorrido. Aún así, no se achicó. Cada lanzamiento fue una declaración de carácter, y cada partido, una oportunidad para demostrar que su talento no entiende de edad.

En el Torneo Primavera 2025, su desempeño fue tan sobresaliente que se consagró Campeón junto a su equipo y obtuvo el reconocimiento al Mejor Pitcher del Torneo, un premio que confirma lo que los entrenadores ya venían notando: Juan Pablo está para grandes cosas.

Su próximo desafío será competir en Paraná, Entre Ríos, representando al club CEF, una plaza histórica y exigente para el sóftbol argentino. Allí buscará seguir creciendo, perfeccionarse y acercarse un poco más al sueño mayor: vestir la camiseta de la Selección.
Pero detrás de cada logro hay una historia de esfuerzo, y la de Juan Pablo no es la excepción. Su familia es el motor de todo. Su mamá, en particular, es quien sostiene, acompaña y prioriza el sóftbol por encima de cualquier dificultad para que su hijo pueda avanzar en este camino lleno de sacrificios, viajes, entrenamientos y dedicación absoluta.
El talento de Juan Pablo es evidente, pero su constancia, su humildad y el amor que lo rodea son lo que lo convierten en una verdadera promesa. Santiago del Estero ya lo mira con orgullo. Y el país, muy pronto, podría verlo brillar con la celeste y blanca.
