María Corina Machado recibió el Premio Nobel de la Paz 2025 y convirtió su discurso en un llamado global por la libertad

La entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, cuyo galardón fue recibido en Oslo por su hija Ana Corina Sosa Machado, se transformó en un fuerte mensaje internacional sobre la resistencia democrática y el anhelo de libertad del pueblo venezolano.

Durante la ceremonia, el discurso de Machado —leído íntegramente por su hija— recorrió la historia reciente y pasada de Venezuela, poniendo el foco en la lucha colectiva frente al autoritarismo. “He venido a contarles una historia, la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad”, indicó, posicionándose como una voz que amplifica el reclamo de millones de venezolanos.

Un repaso por la identidad y el legado democrático venezolano

En su exposición, la líder opositora reconstruyó los orígenes culturales del país y destacó el carácter plural de su identidad. Recordó la influencia española, indígena y africana, y la importancia de la primera constitución republicana del mundo hispano, sancionada en 1811, que consagró la ciudadanía, los derechos individuales y la separación de poderes.

También repasó los períodos de prosperidad del siglo XX, marcados por avances científicos, crecimiento educativo y apertura al mundo. En ese sentido, destacó el rol de Venezuela como país receptor de migrantes, desde refugiados de la Guerra Civil Española hasta exiliados de dictaduras latinoamericanas y comunidades de Medio Oriente.

Advertencia sobre la erosión democrática

Machado advirtió sobre los riesgos de la concentración de poder y la pérdida de la cultura democrática. Sin nombrarlo, aludió al ascenso de Hugo Chávez como punto de quiebre institucional y señaló que desde 1999 se inició un proceso de desmantelamiento sistemático del Estado de derecho: “violación de la Constitución, manipulación electoral, persecución a la disidencia y censura a la prensa”, enumeró.

El deterioro social y económico también fue parte de su denuncia: el colapso económico superior al 80%, los niveles de pobreza por encima del 86% y los más de nueve millones de venezolanos que emigraron en las últimas décadas.

La reconstrucción de la esperanza

En su mensaje, la dirigente subrayó que la represión y la división social fueron utilizadas para fragmentar a la población, pero remarcó que la sociedad venezolana respondió con organización ciudadana. Ejemplo de ello fue la realización de las primarias opositoras, que describió como un “acto de rebelión cívica” basado en la confianza en la gente.

El discurso, cargado de memoria histórica y denuncia política, cerró con un mensaje de esperanza y unidad, convirtiendo la ceremonia del Nobel en un escenario global para visibilizar la situación venezolana y reafirmar la vigencia de la lucha por la libertad.