Leandro Paredes eligió cerrar el año con un gesto de liderazgo puertas adentro del vestuario de Boca. En el último entrenamiento previo al inicio de las vacaciones, el capitán xeneize pidió la palabra frente al plantel y al cuerpo técnico para disculparse con Claudio Úbeda por su reacción durante el partido ante Racing, cuando expresó su fastidio por el reemplazo de Exequiel Zeballos.
Aquel cambio —la salida del Changuito para el ingreso de Alan Velasco— había generado un clima tenso, no solo por la eliminación del equipo, sino también por la gesticulación visible de Paredes, que expuso la incomodidad del capitán ante miles de hinchas. Este martes, sin embargo, el campeón del mundo aclaró su postura y reconoció que su reacción no fue apropiada. Explicó además que su enojo no fue por la entrada de Velasco, sino por la salida de Zeballos, quien había sido el futbolista más desequilibrante del equipo en las últimas fechas.
El gesto fue bien recibido por todo el grupo. Para Úbeda significó un respaldo importante en un momento clave, ya que su continuidad aún no estaba confirmada y comenzaban a escucharse críticas puntuales hacia algunas de sus decisiones. Paredes, que ya había elogiado públicamente el trabajo del entrenador, reforzó así su apoyo y evitó cualquier cortocircuito interno.
El aval del plantel fue determinante para que Juan Román Riquelme decidiera asegurar la continuidad de Úbeda para 2026. Ahora resta una reunión entre el presidente, Marcelo Delgado y el cuerpo técnico para empezar a definir el mercado de pases, los detalles de la pretemporada y la elección del nuevo ayudante de campo.
