A los que criticaban desde un escritorio: los micros con hinchas de Estudiantes viajan igual

Los micros avanzan por la ruta rumbo a Santiago del Estero, cargados de algo más que hinchas de Estudiantes: llevan el amor del verdadero hincha, ese que no pone excusas y que acompaña siempre. Kilómetros de asfalto, horas de viaje y noches sin dormir no pesan cuando enfrente está una final y el escudo manda.

Mientras desde el periodismo porteño se multiplicaron las quejas por el gasto en transporte, el hospedaje o la sede elegida, en estos colectivos nadie habla de costos. Acá se habla de estar, de acompañar y de cumplir. También se escucharon críticas hacia la ciudad, como si el fútbol solo pudiera vivirse en ciertos lugares. Pero Santiago del Estero espera con las puertas abiertas, lejos de los prejuicios y cerca de la pasión.

Estos micros llenos de  hinchas, familias, amigos y generaciones enteras, son la mejor respuesta. Son hinchas de verdad, que saben que al equipo se lo sigue en las buenas y en las difíciles, sin importar la distancia ni la comodidad. La final entre Racing y Estudiantes se jugará en Santiago, pero el partido ya empezó hace rato, en la ruta, con el amor incondicional que solo el fútbol puede explicar.