La visita de Lionel Messi a Vantara, el centro de rescate, rehabilitación y conservación de fauna silvestre fundado por Anant Ambani en la India, dejó una huella que trascendió el fútbol y se inscribió en un plano más profundo: el del respeto por la vida, la espiritualidad y el compromiso con el planeta. Acompañado por sus compañeros del Inter Miami, Luis Suárez y Rodrigo De Paul, el capitán argentino protagonizó una jornada tan simbólica como emotiva, que rápidamente captó la atención global.
El arribo de la “Pulga”, de 38 años, estuvo marcado por una recepción tradicional cargada de significado. Música folclórica, una lluvia de flores y gestos rituales dieron la bienvenida al futbolista y su comitiva, en una ceremonia que simbolizó bendiciones, pureza de intención y apertura espiritual. Ese primer contacto con la cultura local fue el inicio de un recorrido que combinó tradición, conservación ambiental y encuentros inolvidables.
Messi participó luego del Maha Aarti en el templo del complejo, donde se llevaron a cabo rituales hindúes como Ambe Mata Puja, Ganesh Puja, Hanuman Puja y Shiv Abhishek. En ese marco, el rosarino ofreció oraciones por la paz y la unidad mundial, en sintonía con la filosofía india de armonía entre el ser humano y la naturaleza.

El tour por Vantara permitió conocer de cerca uno de los ecosistemas de conservación más ambiciosos del mundo, hogar de grandes felinos, elefantes, herbívoros, reptiles y animales jóvenes rescatados de situaciones extremas. Messi también visitó el complejo de energía verde y la mayor refinería del planeta, donde expresó su admiración por la magnitud del proyecto y su enfoque sostenible.
Uno de los momentos más impactantes se vivió en el Big Cat Care Centre, donde el argentino interactuó con leones, leopardos y tigres que habitan entornos naturalizados y enriquecidos. La curiosidad y calma de los animales reflejaron el nivel de bienestar alcanzado en el centro. El recorrido continuó por áreas dedicadas al cuidado de herbívoros y reptiles, con especial atención en los protocolos veterinarios, la nutrición personalizada y la tecnología aplicada al manejo animal.
En el hospital veterinario, Messi presenció procedimientos clínicos y quirúrgicos en tiempo real, y participó activamente en tareas cotidianas: alimentó okapis, rinocerontes, jirafas y elefantes, y conoció historias de recuperación en el centro de cuidado temporal para crías huérfanas. En un gesto cargado de simbolismo, Anant Ambani y Radhika Ambani bautizaron a un cachorro de león como “Lionel”, en homenaje al visitante y como emblema de continuidad y esperanza.

La escena más entrañable de la jornada se dio en el centro de elefantes. Allí, Messi conoció a Maniklal, una cría rescatada junto a su madre Prathima tras haber sido explotadas en trabajos forzados de la industria maderera. El futbolista compartió un momento lúdico con el pequeño elefante, jugando al fútbol con una pelota, en una imagen que se volvió viral y resumió el espíritu de la visita.
Al finalizar la jornada, Messi no ocultó su emoción: “Lo que hace Vantara es verdaderamente hermoso. El trabajo por los animales, el cuidado que reciben y la manera en que son protegidos es impresionante. Es una experiencia que se queda contigo”, expresó, dejando abierta la posibilidad de volver para seguir apoyando la iniciativa.

La despedida incluyó su participación en los rituales Nariyal Utsarg y Matka Phod, símbolos de buenos deseos y nuevos comienzos, cerrando una jornada atravesada por la espiritualidad y el respeto por la vida. Ya lejos del centro, el campeón del mundo y reciente ganador de la MLS Cup se despidió de la India con un mensaje sentido: “¡Namasté, India! Gracias por la cálida bienvenida y la hospitalidad. Espero que el fútbol tenga un futuro brillante aquí”.
Así, Messi volvió a demostrar que su influencia va más allá de la cancha: esta vez, como embajador de una causa que une cultura, naturaleza y humanidad.
