Con la asistencia de figuras políticas como Axel Kicillof, Mariano Recalde y José Mayans y una destacada presencia de líderes sindicales, la GCT concretó este jueves una movilización nacional en repudio a la reforma laboral que propone el Gobierno.
Octavio Argüello, cosecretario general de la Confederación, fue el encargado de abrir el acto de la marcha para instar a los trabajadores a “ganar la calle” en oposición a lay manifestarse contra la ley que consideran “maliciosa”.
En su discurso, el sindicalista enfatizó que los trabajadores son quienes generan la riqueza del país y advirtió a los senadores sobre las consecuencias de sus decisiones: “ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la Patria se lo vamos a demandar”.
En clara alusión al presidente Javier Milei, Argüello acusó al Gobierno de favorecer a sus “amigotes” en el sector económico, afirmando que esta situación atenta contra la dignidad de los trabajadores. “Si no escuchan, esto va a terminar en paro nacional”, amenazó.
Por su parte, Cristian Jerónimo, otro de los cosecretarios de la CGT, mencionó la resistencia de los trabajadores frente a diversos obstáculos y criticó la transferencia de recursos hacia los sectores más poderosos.
Además, preguntó irónicamente dónde está la “lluvia de dólares” prometida e hizo hincapié en la la falta de atención hacia jubilados y personas con discapacidad. “No tienen corazón muchas veces (…) Esta reforma laboral está escrita y redactada muy maliciosamente a favor de las grandes corporaciones de la Argentina”, finalizó.
Finalmente, Jorge Sola, el tercer cosecretario de la CGT, reiteró que la reforma laboral representa un ataque a los derechos de los trabajadores y anunció la oposición a todos los puntos del proyecto, sugiriendo la inminencia de un paro nacional.
El acto culminó en medio de incidentes entre manifestantes y la policía en las inmediaciones de Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo, aunque sin reportes significativos de violencia.
