Como ya es costumbre, la vera del río Dulce se convierte en escenario de rituales de todo tipo en el que aparecen extrañas “ofrendas”. Este sábado no fue la excepción.

En medio de la arena se podía divisar numerosas frutas cortadas de manera muy singular, junto a un puñado de flores y una botella de bebida alcohólica. Sandías, melones, uvas, bananas, manzanas, miel, monedas, velas celestes y amarillas, eran otros e los objetos que formaban parte de los restos de un ritual, quizás.

Tal como se puede ver en las imágenes, la ofrenda fue colocada cuidadosamente en el lugar y despertó la curiosidad de algunas personas circulaban por la zona en la mañana de este caluroso sábado.
