El basural más alto del mundo: el video del Monte Everest que indigna y alarma a todo el mundo

Durante los últimos años, y con particular intensidad en los últimos días tras la viralización de un video en redes sociales, volvió a instalarse el debate sobre la grave situación ambiental que atraviesa el Monte Everest. Las imágenes difundidas muestran extensas zonas de nieve y hielo cubiertas de residuos dejados por escaladores, evidenciando el fuerte impacto de la actividad humana en la montaña más alta del planeta.

En el breve reel se observan botellas de oxígeno vacías, bombonas, envases plásticos, mantas isotérmicas, piolets, largas cuerdas y restos de tiendas de campaña abandonadas en distintos puntos de la ruta de ascenso. El escenario generó indignación y preocupación a nivel internacional, reavivando cuestionamientos sobre el turismo de alta montaña y la falta de controles efectivos.

El Everest, cuya altitud oficial es de 8.848,86 metros sobre el nivel del mar, recibe cada temporada a decenas de montañistas provenientes de todo el mundo. La creciente afluencia de expediciones comerciales y particulares, sumada a las extremas condiciones climáticas y logísticas del Himalaya, ha derivado en una acumulación progresiva de desechos en campamentos y zonas de difícil acceso.

Una problemática de vieja data

Si bien la problemática de la basura en el Everest no es nueva, ya que desde hace décadas organizaciones locales, autoridades y voluntarios realizan campañas de limpieza, la magnitud actual del problema demuestra que los esfuerzos realizados resultan insuficientes. Toneladas de residuos continúan acumulándose temporada tras temporada, sin que se logre una solución definitiva.

Entre los principales obstáculos para la gestión de residuos se encuentran las bajas temperaturas, la escasez de oxígeno, los breves períodos de buen clima, los altos costos y riesgos que implica el traslado de basura fuera de la montaña, y la dificultad de controlar el cumplimiento de las normativas entre la gran cantidad de expediciones.

 

Ante este panorama, las autoridades de Nepal y diversas organizaciones no gubernamentales han impulsado medidas como la exigencia de que los escaladores retiren un peso mínimo de basura al descender, el cobro de depósitos reembolsables, campañas de concientización y operativos de limpieza coordinados con guías y sherpas. Si bien estas iniciativas han permitido avances puntuales, especialistas y ambientalistas advierten que se requieren controles más estrictos, sanciones efectivas y una mayor cooperación internacional.

El video viral no solo expone imágenes alarmantes, sino que también reactiva el debate sobre la responsabilidad individual y colectiva en la preservación de entornos naturales frágiles. La situación del Everest pone en evidencia la urgencia de reforzar las políticas ambientales, regular el turismo de altura y promover una mayor educación ambiental para proteger el ecosistema de la montaña a largo plazo.

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