“Yo quiero que ustedes me adopten, quiero que ustedes sean mis padres”, la frase que cambió la vida de cinco hermanitos santiagueños
Foto ilustrativa creada con Inteligencia Artificial.

Pilar y Enzo llevan 14 años juntos, pero este 2025, su historia familiar cambió para siempre. Una frase los hizo tomar la decisión más importante de sus vidas y hoy viven lo que ellos llaman “un verdadero milagro” con una familia numerosa que representa el sueño de una adolescente que pidió cada día que no la separen de sus hermanos y tener una mamá y un papá con quien compartir la vida.

“Yo estaba un día en mi trabajo y había un aviso en el diario donde pedían dos familias para acoger a una niña y a un niño. Una amiga me lo muestra y me dice esto es para ustedes. Entonces llamamos, me explican todo y pasamos a ser parte de las familias de acogimiento”, contó Pilar a Info del Estero sobre el inicio de esta historia.

Las familias de acogimiento son hogares solidarios que reciben, por un tiempo limitado, a niños, niñas y adolescentes sin que se trate de una adopción. Los menores pasan cortas temporadas en las viviendas hasta que otra familia los adopta. En el caso de Pilar y Enzo recibieron a Pedro (nombre ficticio), un niño pequeño que tenía cuatro hermanos más.

“Era por tres o seis meses”, recuerda Pilar. Con el pequeño también venía su hermana mayor a quien llamaremos Micaela (nombre ficticio), y tres pequeños cuyos nombres serán Marisol, Juana y Jorge (nombres ficticios). “Desde el primer día, los traía del hogar los viernes y regresaban los domingos, siempre hubo vinculación entre ellos”, explica.

En ese camino, Pilar se resistía al encariñamiento extremo. “Siempre les aclarábamos que éramos sus voluntarios, que ojalá les toque una buena familia. El acogimiento responsable estuvo desde el minuto que nos explicaron, éramos conscientes de que el pequeño tenía que volver a una familia”, detalla sobre los requisitos que deben cumplir las familias que asumen este rol.

Un cambio inesperado

Pero la mayor les manifestaba abiertamente que quería estar con sus cinco hermanos y tener una familia. “A mí lo que me movilizó es que cuando mi hija mayor me dice que quiere ser adoptada, nos dice: “Yo quiero que ustedes me adopten, yo quiero que ustedes sean mis padres”.

Esa frase cambió la vida de Enzo y Pilar para siempre. Entonces Pilar recordó lo que le decía su madre -fallecida hace ya tres décadas- sobre la importancia de que los hermanos estén juntos. “Nosotros somos cinco hermanos, y aunque no estamos cerca, siempre estamos el uno para el otro. Ella nos decía que debíamos ser como una llama encendida”, recuerda.

“Entonces entendí que desde que llegó el pequeñín se inició el propósito”, dice Pilar mientras de fondo se escucha un tierno “mamá” que interrumpe la entrevista.

Pilar cree que es la hermana mayor el instrumento que puso Dios para el “milagro”. Es que poco después se abrió una convocatoria pública donde solicitaban una familia para adoptar a los cinco hermanitos.

Un sueño cumplido.

“Ahí nos inscribimos para dejar de ser familia de acogimiento y pasamos al RUA (Registro Único de Adoptantes)”, explica Pilar sobre el proceso y los requisitos necesarios para poder adoptar. En todo ese camino los acompañaron profesionales de la Subnaf (Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia), el RUA y el Hogar Escuela “Eva Perón”.

No me detendré a contar el contexto legal y de evaluaciones socioambientales porque esta historia no termina aquí. A esta familia que pasó de dos a siete integrantes le queda solo un paso para la adopción plena, pero en este diciembre de 2025 se consolidaron con el marco legal de lo que en hechos es una realidad.

Para ser más concretos, el 2 de diciembre de 2025 recibieron la noticia más esperada: a Enzo y Pilar les otorgaron la guarda con fines adoptivos. En este período conviven con el seguimiento judicial y acompañamiento de los equipos psicotécnicos de los organismos antes mencionados. “Quiero mencionar especialmente a la Dra. Carolina Agüero que es una excelente profesional”, dijo Pilar sobre la coordinadora del RUA en nuestra provincia.

“Son cinco hijos, cinco bendiciones, cinco milagros”, resume sobre la nueva realidad que tienen como familia. “Todos los equipos estuvieron presentes siempre y tuvieron la suerte de ser escuchados y que mi hija mayor pueda concretar ese sueño de sus hermanos juntos, y su mamá y papá porque ella soñaba con una familia”, dijo.

Y recordó una anécdota de lo que ocurrió el 2 de diciembre. “Cuando salíamos de firmar, una profesional le preguntó a mi hija mayor: ‘¿Vos sabés lo que hiciste, estás segura?’ y ella le contestó: ‘Sí seño, muy segura, ahora nadie me puede separar de mi papá, mi mamá y mis hermanos, ahora puedo decir que tengo una familia’“, unas palabras que conmueven y llenan de esperanzas a quienes piden, rezan, oran y creen.

¡Todos tenemos un destino y ustedes son el nuestro!

No hubo complejidades en un vínculo que solo se fortaleció desde el primer día. “El amor, la seguridad y el cariño se fue acrecentando y se sentía la diferencia. Eso era fundamental y ellos eran conscientes del marco legal que se les iba a otorgar ese día. Hoy podemos decir que nos elegimos mutuamente”, describe Pilar.

Y con esa fortaleza aconsejó a aquellas familias que tengan dudas que “se acerquen al RUA. Hay personas que te explican el paso a paso del proceso, te dan los requisitos. A veces uno posterga por miedo, porque cree que todo es burocrático pero es más simple porque vos le entregas tu corazón y ellos son los que van transformando todo”, describió.

Esta historia continuará…

Por cuestiones legales y de seguridad aún no podemos publicar los nombres, las edades ni las fotografías de la familia. Así que si llegaron hasta aquí, les adelantamos que esta historia continuará con el día en el que reciban la adopción plena de los pequeños.

Mientras tanto, quienes busquen información sobre el RUA en Santiago del Estero la pueden encontrar en (0385) 450-7634 o bien el celular 385 6183005.

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