La diócesis de Añatuya ya se encuentra llevando adelante, por estos días, la Misión Diocesana de verano, una experiencia pastoral que se realiza cada año entre las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y que en esta oportunidad tiene como comunidades anfitrionas a Los Pirpintos y a la comunidad cercana de El Desvío, en el departamento Copo.

La misión cuenta con la participación de jóvenes misioneros provenientes de distintas localidades de la diócesis, entre ellas Monte Quemado, Añatuya, Quimilí, Tintina, Pampa de los Guanacos, además de jóvenes de la propia comunidad de Los Pirpintos, quienes se suman activamente a las actividades pastorales.


Dentro de esta experiencia misionera se viven intensos momentos de oración comunitaria, visitas casa por casa, celebraciones litúrgicas y misas, así como espacios de encuentro y diálogo con las familias, fortaleciendo los lazos de fe y comunidad. Estas actividades cuentan además con el acompañamiento de sacerdotes de las comunidades mencionadas, quienes se hacen presentes para compartir, celebrar y animar espiritualmente a los misioneros y a los vecinos.


La Misión Diocesana de verano se consolida año tras año como un espacio de encuentro, servicio y evangelización, donde los jóvenes ponen su tiempo y su compromiso al servicio de las comunidades, llevando un mensaje de esperanza, alegría y fraternidad, en sintonía con el espíritu navideño que continúa iluminando estos días.



Desde la diócesis de Añatuya destacaron el valor de esta experiencia misionera, que no solo fortalece a las comunidades visitadas, sino que también deja una huella profunda en los jóvenes que participan, reafirmando su vocación de servicio y su compromiso con la Iglesia.

