Trump aseguró que hubo “un gran avance” con Zelensky y mantuvo una charla telefónica con Putin

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Ucrania, Volodimir Zelensky, concluyeron este domingo una reunión clave en el club Mar–a–Lago con señales de optimismo, aunque medidas, sobre un posible final de la guerra. Si bien Trump afirmó que ambos países están “mucho más cerca” de un pacto y que hubo “muchos progresos”, la hoja de ruta hacia la paz aún debe superar obstáculos territoriales y de seguridad críticos.

Tras casi tres horas de conversaciones y un almuerzo de trabajo, Trump calificó el encuentro como “excelente” y “formidable” en una aparición conjunta ante la prensa. El foco principal de la discusión fue el plan de paz de 20 puntos diseñado entre Kiev y Washington. Según el mandatario ucraniano, el 90% de este documento ya está completado, aunque admitió que el 10% restante presenta los mayores desafíos técnicos y políticos.

Los puntos de mayor fricción para cerrar el pacto incluyen el control territorial, la situación de la central nuclear de Zaporiyia y las garantías de seguridad para Ucrania. Sobre este último eje, Trump prometió un “acuerdo sólido” que contará con la participación directa de las naciones europeas. El presidente de Estados Unidos describió a los líderes del Viejo Continente como “fantásticos” tras las consultas previas al encuentro en Florida.

Antes de recibir a Zelensky, Trump mantuvo una charla telefónica de 75 minutos con el presidente ruso, Vladimir Putin. Esta comunicación, realizada a petición de la Casa Blanca, fue calificada como “buena y muy constructiva”. Durante la llamada, el Kremlin subrayó que una simple tregua no es suficiente, ya que solo pospondría las hostilidades. El asesor ruso Yuri Ushakov señaló que Kiev debe tomar una “decisión política valiente” respecto a la región del Donbass para lograr una paz duradera.

Moscú mantiene su exigencia de una retirada completa de las tropas ucranianas del Donbass. Entre las propuestas de Estados Unidos figura la creación de una zona económica libre si Ucrania desocupa ciertas áreas, aunque los detalles operativos de este plan aún requieren definiciones precisas.

Por su parte, Zelensky mostró una apertura significativa al poner sobre la mesa la posibilidad de un referéndum sobre el plan de paz. Este gesto sugiere que el gobierno ucraniano ya no descarta concesiones territoriales bajo ciertas condiciones.

Además, Zelensky expresó su disposición para organizar las primeras elecciones en Ucrania desde 2019, siempre que existan las garantías de seguridad necesarias. Esta medida responde a una petición directa de Moscú que cuenta con el respaldo de Trump. Con estas ofertas, Kiev busca recuperar la iniciativa diplomática y evitar un alejamiento entre Trump y la postura ucraniana.

A pesar del optimismo en Florida, el escenario internacional presenta divisiones profundas. Mientras Trump presiona por el fin de la guerra, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, señaló a los países europeos como el “principal obstáculo para la paz”.

En contraste, el negociador ruso Kirill Dmitriev calificó la jornada como un “día importante” y arremetió contra quienes calificó de “belicistas”. El Kremlin prefiere una negociación directa con Trump y margina la mediación europea. La economía de guerra rusa, afectada por las sanciones internacionales, depende de un relanzamiento de las relaciones con Washington. No obstante, el sector empresarial estadounidense mantiene su escepticismo sobre el potencial de retorno al mercado ruso en el corto plazo.

La incertidumbre persiste sobre si el plan de 20 puntos recibirá finalmente el aval de Putin. Los ataques constantes en suelo ucraniano alimentan las dudas sobre el interés real del Kremlin en la paz. Ante las críticas por la intensidad de la ofensiva rusa reciente, Trump recordó que “Kiev también golpeó duro”. El mandatario estadounidense insiste en que la guerra está en sus fases finales y que tanto Zelensky como Putin “quieren el acuerdo”.

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