“Santiago del Estero, cuna del vino argentino”: la desopilante anécdota que hizo cambiar el slogan de una bodega mendocina

Cuando en Argentina uno dice vino, casi automáticamente pensamos en Mendoza o San Juan. Pero este jueves, en La Mañana de Info, volvimos a poner sobre la mesa una verdad que sorprende a muchos: Santiago del Estero fue la primera provincia argentina en producir vino.

El dato llegó de la mano de una visita de lujo. Nos acompañó Cristian Luna, dueño de Bodega Finca María del Pilar, la primera bodega santiagueña, con quien tuvimos una charla imperdible sobre producción, identidad y vino local, atravesada por anécdotas tan insólitas como reveladoras.

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Durante la entrevista, Cristian compartió una historia tan divertida como significativa ocurrida en la promera Feria Internacional del Turismo (FIT), que incluso llevó a que una bodega mendocina replantee su slogan, al descubrir que eso de “cuna del vino argentino” tenía raíces mucho más al norte de lo que imaginaban.

Hacer vino en Santiago: un desafío constante

Luna explicó que producir vino en nuestra provincia implica desafíos muy distintos a los de las regiones vitivinícolas tradicionales. “El clima es una de las cosas más difíciles de controlar, porque requiere muchísimo cuidado en la planta”, contó.

A diferencia de Mendoza, donde la vendimia suele darse más entrado el año, en Santiago la cosecha se adelanta: “Nosotros cosechamos entre enero y febrero, justamente por el calor”.

En cuanto a las plagas, el panorama también es particular. “No nos azota el granizo, pero sí las catas, que andan en bandadas. Beltrán está lleno”, relató entre risas. Para proteger las vides, la estrategia fue clara: usar otros frutales como distracción y cubrir las parras con mallas.

Varietales y una búsqueda identitaria

Desde Finca María del Pilar producen Malbec, Petit Verdot, Syrah y Cabernet Sauvignon, pero el gran objetivo va más allá del volumen: buscan una uva distintiva, que represente al terruño santiagueño.

En ese camino, Cristian destacó un varietal poco explotado en el país, que solo se trabaja en Entre Ríos, una provincia con clima y suelo similares a los nuestros. Ese vino fue presentado nada menos que la semana pasada en París, con un Petit Verdot de perfil europeo, marcando un hito para la vitivinicultura santiagueña.

Una charla que combinó historia, pasión y orgullo local, y que volvió a dejar en claro que Santiago del Estero no solo tiene pasado, sino también presente y futuro en el mapa del vino argentino.

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