Según el último Informe sobre Bancos del BCRA, la irregularidad en los pagos acumula un año de subas consecutivas. Casi uno de cada diez préstamos personales se encuentra en situación de incumplimiento.
La salud financiera de los hogares argentinos atraviesa su momento más crítico en 15 años. Según datos oficiales del Banco Central (BCRA), la morosidad en los créditos a las familias alcanzó en octubre un récord del 7,8%, la cifra más alta registrada desde que la autoridad monetaria comenzó a sistematizar estos datos en el año 2010.
Este incremento no es un hecho aislado, sino la culminación de 12 meses consecutivos en alza, acumulando un deterioro de 5,5 puntos porcentuales (p.p.) en apenas un año.
Radiografía del incumplimiento: El peso de las tarjetas y los préstamos
El informe detalla que el segmento de consumo es el más golpeado por la falta de pago, evidenciando el impacto de las altas tasas y la erosión del poder adquisitivo:
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Préstamos Personales: Es el sector con mayor morosidad, alcanzando el 9,9%. Prácticamente uno de cada diez préstamos no se paga en tiempo y forma.
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Tarjetas de Crédito: La irregularidad llegó al 7,7%, tras un salto interanual de 6 puntos porcentuales.
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Créditos Prendarios: Registraron una suba más moderada, situándose en el 4,8%.
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Hipotecarios: Se mantienen como el segmento más estable, con una mora cercana al 1%.

Causas: Tasas por las nubes y salarios estancados
El fenómeno responde a una combinación de factores económicos. Durante el periodo analizado, la tasa nominal anual (TNA) de los créditos personales promedió el 83%. Si bien tras las elecciones legislativas se registró un alivio que llevó las tasas al 66,5%, estas siguen ubicándose por encima de la inflación esperada.
A este costo financiero se suma el estancamiento de los salarios reales, lo que dificulta que las familias puedan cubrir el costo de sus deudas. Sin embargo, algunos analistas, como el economista Roberto Arias, sugieren que este aumento es también una consecuencia “natural” del crecimiento del crédito al sector privado (que se duplicó en términos reales). Al retirarse el Estado como principal tomador de fondos, los bancos han volcado su oferta hacia segmentos de mayor riesgo.
Impacto en empresas y sistema consolidado
La tendencia también se trasladó al sector productivo. La morosidad en las empresas pasó del 0,7% al 1,9% en el último año, impulsada principalmente por los préstamos prendarios.
Al consolidar la deuda de familias y compañías, el ratio de irregularidad total del sistema financiero trepó al 4,5% en noviembre. Esta cifra representa el nivel más alto desde noviembre de 2021, marcando una señal de alerta para las entidades bancarias de cara al cierre del año.
