Marcelo Gallardo vivió una Nochebuena especial, rodeado de sus seres más queridos y con la cabeza puesta en un 2026 que lo tiene como gran protagonista en River. El entrenador decidió darle libre al plantel el miércoles y jueves, permitiendo que jugadores, cuerpo técnico y colaboradores pudieran disfrutar de las fiestas en un clima de tranquilidad.
El festejo fue íntimo y familiar. Junto a su esposa, Geraldine La Rosa, y sus cuatro hijos —Nahuel, Matías, Santino y Benjamín—, el Muñeco compartió una celebración poco habitual, ya que sus hijos mayores son futbolistas profesionales y no suelen coincidir todos en un mismo lugar. Una postal distinta para un DT acostumbrado a vivir bajo presión constante.
Mientras brindaba por las fiestas, en el “arbolito” de Gallardo también hubo un deseo claramente futbolero: que River vuelva a ser protagonista y pelee hasta el final en cada competencia. En ese sentido, el entrenador fue clave para acelerar el mercado de pases y lograr el arribo temprano de los dos primeros refuerzos, Fausto Vera y Aníbal Moreno, incorporaciones pensadas para reforzar un plantel que buscará dar un salto de calidad.
Con la pretemporada ya en marcha, Gallardo optó por un parate navideño que se repetirá el 31 de diciembre y el 1° de enero. Los trabajos se retomarán el viernes a las 9 en el Camp, antes del viaje a San Martín de los Andes, previsto para el 3 de enero.
Luego, el equipo continuará con la parte más intensa de la preparación en Punta del Este, probablemente entre el 10 y el 18 de enero, etapa que incluirá dos partidos amistosos ante Nacional y Peñarol, opciones que hoy aparecen como las más firmes.
Entre la intimidad familiar y la planificación deportiva, Gallardo cerró la Navidad con serenidad y expectativas renovadas, decidido a que el 2026 sea un año a la altura de la historia de River.
