Aunque no estará presente en la Copa del Mundo, Chile ya empieza a sentir el impacto del Mundial 2026 en su calendario futbolístico. En las últimas horas, la ANFP confirmó el fixture completo de la Primera División y llamó la atención con una decisión poco habitual: habrá un párate especial durante el desarrollo del Mundial, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
El torneo chileno se jugará de enero a diciembre, con el objetivo de sostener la competencia y las transmisiones televisivas a lo largo de todo el año. Sin embargo, el calendario presenta una particularidad: cuatro meses tendrán apenas una fecha oficial —enero, junio, julio y diciembre— y dos de ellos coincidirán directamente con la Copa del Mundo.
En junio, la única jornada del campeonato se disputará antes del inicio del Mundial, mientras que en julio la fecha quedó programada para los últimos días del certamen. De esta manera, el fútbol chileno evitará superponerse con el evento deportivo más importante del planeta, una medida llamativa teniendo en cuenta que la selección no logró la clasificación.
La decisión busca acompañar el impacto global de un Mundial histórico, que contará con 48 selecciones y, al menos por ahora, seis representantes sudamericanos: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Colombia y Ecuador, a la espera de lo que suceda con el repechaje de Bolivia. En ese contexto, la ANFP pretende que jugadores, cuerpos técnicos e hinchas puedan seguir la Copa del Mundo sin la presión del calendario local.
De todos modos, la pausa no será absoluta. Durante esas semanas, algunos clubes deberán afrontar compromisos correspondientes a la Copa de Chile o la Copa de la Liga, por lo que la actividad futbolística no se detendrá por completo.
La medida se da en un momento delicado para La Roja, que atraviesa una de las etapas más complejas de su historia reciente. Bajo la conducción de Ricardo Gareca, Chile finalizó último en las Eliminatorias Sudamericanas y quedó fuera de su tercer Mundial consecutivo. Su última participación fue en Brasil 2014, cuando el equipo dirigido por Jorge Sampaoli alcanzó los octavos de final y dejó una imagen competitiva que hoy parece lejana.
